Bienestar, Social

¿Qué ha significado no tener ejército en Costa Rica?

Por Sarah Castrillo Castrillo
@sarahcascas

Costa Rica ha apostado por ser un país pacifista.

El 1.° de diciembre de 1948, el presidente de la Junta Fundadora de la Segunda República de Costa Rica, José Figueres Ferrer anunció la abolición del Ejército como institución permanente.

Desde entonces Costa Rica es un país que se enorgullece por vivir sin fuerzas militares y ser identificado por su vocación pacifista. Sin duda, Costa Rica se ha posicionado a nivel internacional no solo por ser un país de gran atractivo natural, sino también por ser uno de los pocos países del mundo que no cuentan con un ejército permanente, un dato curioso que sorprende a muchas personas extranjeras.

Sin embargo, ¿qué ha significado esto para la población costarricense?, sin duda diversos beneficios, que muchas veces no lo logramos dimensionar por el transcurso del tiempo y porque, muchas veces, no conocemos otra realidad que no es esta, la de un país sin ejército. Acá algunos ejemplos de esos beneficios que disfrutamos:

  • Sistema universal de salud: A lo largo, de todos estos años, el país ha podido invertir ampliamente en la cobertura en salud preventiva y curativa, construyendo clínicas y hospitales de primer nivel a lo largo del territorio nacional, aumentando la expectativa de vida a 80,98 años. Una de las más altas de la región. (Revista Summa, 17 de mayo 2018.)
  • Sistema educativo: Ha logrado invertir en el sistema educativo, posicionándolo como uno de los mejores de América y logrando uno de los índices de alfabetización más altos de la región, con 97,86% para el 2018. (UNESCO, s.f)
  • Desarrollo primera infancia: Asimismo, se ha priorizado la inversión en la primera infancia, con la red de cuido y desarrollo infantil (CECUDI), la cual permite a miles de niños y niñas entre los cero a seis años a un cuido responsable, donde no solo pueden acceder a alimentos, sino a un desarrollo integral, esto mientras que sus madres y padres de escasos recursos pueden ir a trabajar. (IMAS, s.f)
  • Desarrollo tecnológico: Según el Global Innovation Index 2019, Costa Rica es el país más innovador de América Latina después de Chile (BBC, 16 mayo 2019). Esto nos convierte en uno de los destinos preferidos de empresas tecnológicas como Microsoft, Intel, Hewlet Packard, Google, Amazon, por el conocimiento y alta capacitación de su población. Además, es el primer país de Centroamérica de enviar al espacio el primer satélite en 2018, desarrollado por científicos del Tecnológico de Costa Rica.Desarrollo de las telecomunicaciones: Nuetro país es uno de los países de América Latina, de mayor penetración de las telecomunicaciones en el territorio. Aunado, a que nos encontramos en la posición número cuatro del Índice de Competitividad Global en el pilar de adopción de TICs, superada sólo por Chile, México y Uruguay (Pérez, 05 agosto 2019)
  • Desarrollo deportivo: Este es uno de los campos que muchas veces no se dimensionan cuando se habla de un país sin ejército, pues se da por sentado que  se logra por el talento individual de cada deportista. Sin embargo, esto no solo abarca la inversión del Estado (y de varios gobiernos locales) en programas deportivos subvencionados para nuestras personas jóvenes, sino la posibilidad de estas personas jóvenes de invertir tiempo en desarrollar y/o perfeccionar sus destrezas deportivas sin interrupciones por el servicio militar obligatorio ni por tener que servir a su país en guerras.

Por otra parte, la Abolición del Ejército ha influido profundamente en cómo el país se relaciona y se posiciona en la esfera internacional, no solo por el principio de neutralidad perpetua y no armada, sino porque sienta las principales bases para la política exterior del país y, por ende, del trabajo que realiza nuestros diplomáticos a nivel nacional e internacional. El ser un país sin ejército exige que Costa Rica deba resolver los problemas por la vía diplomática priorizando siempre el diálogo y el derecho internacional. En efecto, esto se refleja en los cincos ejes estratégicos de nuestra política exterior (MRREE, s.f):

  1. La defensa de la democracia, la integridad territorial y la soberanía nacional.
  2. La promoción, la protección y el respeto de los Derechos Humanos y libertades fundamentales.
  3. La promoción de la paz, del desarme y de la seguridad nacional, regional y mundial
  4. El fortalecimiento del Derecho Internacional y el desarrollo de un multilateralismo efectivo.
  5. La promoción del desarrollo sostenible y la coordinación y representación política en las negociaciones ambientales internacionales.

 El no tener ejército ha permitido que nuestro pequeño país sea una gran voz reconocida y legitimizada en la esfera internacional para hablar y dirigir procesos de desarme para la promoción de la paz mundial. Los esfuerzos en esta temática han sido diversos y constantes, e incluyen el desarme nuclear con el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares (TPAN).

También considera la regulación del comercio de armas con el Tratado sobre comercio de armas (TCA) cuya propuesta fue impulsada por un grupo de premios Nobel de la Paz, liderados por el expresidente costarricense, Oscar Arias. Además, se incluyen a los esfuerzos para la Convención sobre la prohibición de municiones en racimo y la actual discusión internacional, para la prohibición de sistemas armas totalmente autónomas.

Costa Rica ha apostado por ser un país pacifista, que promueve el desarme y la seguridad de las personas que en ella habitan. 72 años pueden parecer muy poco comparado con la historia del “viejo continente”, sin embargo, han sido años de construcción constante y acelerada que le han permitido a este país de tan solo 51.100 km² poder ofrecer a su población, según el Quality of Life Index, un nivel de vida con cifras comparables a las de algunos gigantes europeos y asiáticos.

El no contar ejército, a pesar de generar incertidumbre ante los conflictos internacionales, ha sido un potenciador de construcción de la Nación y ha garantizado a la pequeña Costa Rica distinción y respeto en un mundo dónde las armas parecieran ser la única política de resolución de conflictos existente. Y aunque, la pandemia ha ocasionado grandes heridas al desarrollo logrado en las últimas décadas, la inversión social, educativa y económica lograda al no tener ejército ha sido una de las mejores vacunas para que esos efectos de la pandemia no sean más graves.

Hoy Costa Rica prueba un año más, que la ruta hacia el desarme es la ruta segura, la que promete y cumple con el alcance de objetivos de desarrollo social y calidad de vida convirtiéndose todo ello en la joya que ostenta la nación.

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Sarah Castrillo es Máster en Gerencia de Proyectos y Licenciada en Ciencias Políticas. Durante 9 años se ha desenvuelto en el campo de la cooperación internacional desde la Fundación para la Paz y la Democracia donde funge como la Coordinadora de Programas. Es profesora e investigadora de la carrera de Ciencias Policiales de la Universidad Estatal a Distancia.

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