Artista de la semana, Fotografía, Ilustraciones

Valiente pastel y sus múltiples caras

Todo es empírico. No sé nada de la escuela de arte, en cambio, hago lo que me sale. Quisiera seguir en esto y ojalá dedicarme más de lleno.

Por Arturo Pardo
Valiente Pastel @valientepastel

Son sus caras las que sobresalen cuando la mirada del espectador se posa en una de sus intervenciones. De esta forma, Jorge Ramírez atrapa la atención y Valiente Pastel logra su efecto de contarnos, con una imagen, una historia falsa, producto de la imaginación de este artista empírico. Parte de su material nace en su cuenta de Instagram, donde además narra anécdotas ficticias; sin embargo, ya ha expuesto tanto en Costa Rica como en Nueva York. Su ejercicio de pintura es diario, aunque todavía no se dedica por completo a la pintura, sino que lo hace como algo adicional a su trabajo en un call center. 

Conocemos mejor al responsable de esas gracias con esta entrevista. 

¿De dónde vino la idea de pintar las caras en cada intervención?

No sé muy bien de dónde vienen las caras; nada más trato de hacer algo sencillo o fácil con pintura acrílica, puesto que no hay técnica; de hecho es casi una chorcha. La primera cara que hice me gustó, y seguí ahí, decidí que fueran rosadas, y casi siempre tienen una cara feliz. Eso me gusta; en cambio, cuando hago caras tristes, no siento que me representen, por eso casi siempre son felices.

A cada una de las personas en la imagen les invento el nombre a como se me ocurra. A veces utilizo fotos de gente que conozco y, en esos casos, les mantengo el nombre, pero otras veces invento un nombre y le hago la historia y ya. 

Si agarro una foto del IG de alguien la imprimo, si no, agarro una foto y tomo la referencia, luego empiezo a jugar con esa imagen. Todo mi trabajo es impreso, solo una vez hice algo en digital, hasta las postales las hago a mano. 

Entiendo que esta es arte que nace de manera empírica, ¿cómo fue el inicio de eso?

Todo es empírico. No sé nada de la escuela de arte, en cambio, hago lo que me sale. De hacer esto tanto y tanto por los últimos cuatro años se me ha hecho sencillo desarrollar esta característica en las pinturas.

Empecé porque estudié foto hace mucho y llevé un curso de creatividad y psicoanálisis. Me pusieron a hacer cosas a la libre, y ahí empecé a hacer garabatos, pero también collage. Todo lo hacía para mí, no para vender ni exponer. Era para pasar el rato, pero cuando se vino la pandemia empecé a hacer más y más de esto. Me había encontrado una caja de revistas de National Geographic y un anuario de un colegio privado. Lo tomé y empecé a intervenir las caras. Yo pintaba sobre las caras e inventaba los textos con historias a mi gusto, luego subí los textos y a la gente le hacía gracia, entonces abrí una cuenta de Instagram para dedicársela solo a esto. Luego empecé a buscar revistas porno y con eso tuve una duda bastante fuerte de si subirlas o no, porque fue en un momento donde había habido noticias fuertes de violencia a mujeres. Sin embargo, les hice historias a las imágenes buscando que fueran graciosas y que más bien sirvieran para alivianar un poco.

A la hora de intervenir, ¿qué imágenes elige?

Elijo las que más me hagan gracia, o las que pienso que les puedo inventar algo gracioso. Tengo bastantes revistas de fotos, algunos amigos me llevan… las revistas llegan a mí de alguna forma, aunque también tengo un señor que siempre me da cosas. Tengo tanto material intervenido que ya estoy pasando a hacerlo en lienzo, canvas o papel, pero en un tamaño más grande. Sin embargo, esos casos son algo que hago desde cero y que implica mucha más tarea. Eso es parte de lo que estoy experimentando.

¿Esto lo ha acercado al ambiente artístico?

Claro, un montón. No era algo que esperaba, porque era un ejercicio que hacía por pasar el rato. Sin embargo, un día un señor con una galería en Bellport, Nueva York me dijo que quería exponer mis obras. Yo ni sabía cómo. Le envié unas pinturas y me di cuenta de que me podía ir bien, luego se acercó gente en Costa Rica y luego volví a EE.UU.a exponer de nuevo en Marquee Projects. En Costa Rica he expuesto en Satisfactory, Teorética y en festival en Punta Islita.

¿Cuáles son sus aspiraciones artísticas en este momento?

Quisiera seguir en esto y ojalá dedicarme más de lleno. También me gustaría producir a mayor escala, no sólo intervenciones pequeñas, sino como murales o ir a empapelar algún lugar, alguna pieza grande. Que no sea solo que me sigan en Instagram, sino que la gente lo vea en la calle.

Por ahora me he mantenido en lo empírico, de alguna forma noto que el trabajo de artistas así es diferente al de los artistas de la escuela. Hago lo que puedo con lo que tengo, y yeso empírico quiero mantenerlo, pero si la cosa está creciendo tengo que aprender más para mejorar. Vivo en un espacio con otra persona más y tenemos cuatro estudios, donde vienen otros artistas, por lo que vivir en un espacio así, me hace estar viendo el trabajo de tres personas más.