Por María Jesús Rodríguez Valladares
@mariajesusrod
Despidámonos de la mala maña de darle más protagonismo a la impresión que esperamos proyectar en los demás.
Puede sonar trillado y reiterado, pero Vida, así con V mayúscula, solo tenemos una. Es única, delicada, preciosa y valiosa. Entonces, ¿por qué nos vamos a privar de disfrutarla?
La definición de “guilty pleasure” da a entender que nos sentimos culpables de que nos guste algo en específico o que llegamos a experimentar esa culpabilidad cuando disfrutamos de este algo que “no deberíamos”.
El temor a la opinión de los demás es tremendamente poderoso en esta sociedad que nos ha acostumbrado a escondernos detrás de una capa de falsedad. Así que hoy me propongo y les invito a que lo hagan también… desliguémonos del innecesario concepto de los “guilty” pleasures.
Por mi parte, voy a seguir sufriendo cada partido de la Liga Deportiva Alajuelense con orgullo, el equipo al que crecí viendo junto a mi Papá, mi tío Mimi y mi abuelo, Tata. Con ellos también sobreviví a la agónica sequía de títulos, acompañada de un sinfín de bullying y, en varias ocasiones, hasta lágrimas.
Quiero disfrutar cada amanecer que pueda con mis pies en la arena, sintiendo la tenue brisa y con el sosegado sonido de las olas reventando. Esperar además, a que el sol caiga y se despida de nosotros. Saludar y agradecer a la luna.
O por ejemplo, sentir cada verso de canciones interpretadas por Gloria Trevi, (des)entonando a todo galillo junto a mi mamá con un vinito en mano, probablemente. Aprovechar momentos como este, que me permiten escribir por gusto y no por profesión.
Despidámonos de la mala maña de darle más protagonismo a la impresión que esperamos proyectar en los demás y dejemos de permitir que esto se anteponga a lo que verdaderamente disfrutamos de puertas para dentro. Lo que realmente nos hace sentir plenos.
Al fin y al cabo, no existe ninguna regla que defina qué califica o no cómo un placer culposo. En fin, de eso se trata, de aprovechar los pequeños disfrutes que nos regala el universo. Sin límites ni expectativas.
Mientras tenga la oportunidad de caminar por este planeta, voy a escalar volcanes, tirarme de bungee, brincar de cataratas, luchar por mis sueños, pensar en mi(s) próximo(s) tatuaje(s)… porque escojo Vivir, sin vergüenza y definitivamente, sin culpa.
Mi nombre completo es María Jesús Rodríguez Valladares, siempre lo consideré un nombre bastante largo para escribir, pronunciar e incluso dictar. Por eso opté por acortarlo con apodos como: Mary, Chuzi, MJ, entre MUCHOS otros. Actualmente, corrijo y enjacho (broma) a todos aquellos que me cambien el Jesús por José.
Tengo 23 años, soy bachiller en periodismo y estudiante de Producción Audiovisual. Siempre digo sí a un plan con buena música, pizza y ojalá acompañado de un partido de fut o la NBA.