Por Good Food
La música es una vía perfecta para canalizar esa necesidad de soltar.
Así canta Raphael con su calidez de 1981 el tema Se me va. Su interpretación, lejos de sentirse como un lamento, se percibe como una confesión, a sabiendas de que no puede detener lo inevitable.
La música es una vía perfecta para canalizar esa necesidad de soltar, de manifestar la necesidad de despedirse de lo que debía terminar.
Se me va
Como el agua que se escurre de las manos se me va
Como el aire que no puede sujetarlo
Como el tiempo que implacable va pasando
Como el humo tu cariño se me va
James Bay, en Let It Go también llama a la aceptación, a aceptar que lo que era, ya fue. En este tema se refiere a una relación de pareja, específicamente (probablemente Raphael también lo hacía en su caso), solamente que aquí la melodía sí evoca nostalgia. No todas las despedidas son deseables.
So come on, let it go
Just let it be
Why don’t you be you
And I’ll be me?
Con la particular voz de Michael David Rosenberg (Passenger), la canción Let Her Go, si bien habla específicamente de una mujer, comparte una lección memorable: Solo se conoce cuánto se quiere a alguien o algo cuando, finalmente se deja ir, el clásico proverbio de que no se reconoce el valor de algo hasta que ya no se le tiene.
Well, you only need the light when it’s burning low
Only miss the sun when it starts to snow
Only know you love her when you let her go
Only know you’ve been high when you’re feeling low
Only hate the road when you’re missing home
Only know you love her when you let her go
And you let her go
Gustavo Cerati, cuando se refiere al Adiós, deja una clave donde nace la esperanza, donde surge un recordatorio para los momentos difíciles. En voz del argentino, una despedida marca el inicio de algo más, que quizás sea mejor.
Del mismo dolor
Vendrá un nuevo amanecer
