Sin Categoría

Historias honestas, o cómo dejar el alma en todo lo que contamos.

Por Nacho Agüero
@_.nch0._

Cualquier ejercicio de creatividad es, en principio, un ejercicio de introspección en el que tomamos las partes de nuestra vida que más nos sean útiles y las acomodamos como un juego de Lego.

Contar historias me hace sentir vulnerable, por más ficticias que sean, siempre llevan muy dentro en su núcleo una pieza de nosotrxs, nuestras preocupaciones, nuestros sentimientos. Toda esta maraña de pensamientos e impulsos que es parte de nuestra existencia se ve regada en cada palabra que va dando forma a lo que contamos, abriendo así aspectos privados de nuestra conciencia para el disfrute de amigos y desconocidos por igual, es un ejercicio de sinceridad. Una historia no puede existir sin que su autor le entregue un poco de su ser y, cuando no lo hace, se nota; es como un cuerpo al que le arrancaron su alma.

Escribir es una cosa, un cuento o un guion llevan esfuerzo, la cadencia de las oraciones impresas en el papel un espejo de la nuestra propia, el mismo vocabulario que venimos aprendiendo desde que tenemos uso de razón. Los personajes, en menor o mayor medida, son pequeños fragmentos de nuestra familia, de nuestrxs amigxs, de algún profesor o profesora que tuvimos en el colegio. En fin, en lo que escribimos vamos exponiendo nuestra vida, de forma sutil a veces no tanto sin importar cuán fantasiosa o realista sea la historia… pero hacer cine es diferente.

Una multitud de autorxs y directorxs han dedicado incontables páginas a explicar el cine, pero una definición que siempre me ha gustado es que el cine es “pintura en movimiento”… es darle vida y energía a las imágenes que antes estaban confinadas a los lienzos y las fotografías. Pero más que esto, es crear un mundo desde cero, y esto es lo que hace que el cine más que otras formas de arte sea uno de los reflejos más auténticos de sus creadores, porque el mundo que cada director decide poner en la pantalla es un reflejo de cómo ve la vida, su visión completa del mundo queda retratada para que todo el mundo lo observe, analice y desmenuce.

Entonces ¿cómo entra la creatividad en el cine? Por alguna razón, como sociedad hemos venido a igualar la creatividad con crear algo de la nada, pero realmente no hay nada que podamos solamente sacar del aire. Cualquier ejercicio de creatividad es, en principio, un ejercicio de introspección en el que tomamos las partes de nuestra vida que más nos sean útiles y las acomodamos como un juego de Lego hasta que toma lo que es, a nuestra apreciación, una forma coherente, y hacer cine pasa por el mismo proceso.

Al final del día lo que vemos en pantalla acaba siendo un reflejo del mundo interno de quien lo dirigió, y como el cine es un esfuerzo colaborativo, refleja también a todas las personas que estuvieron involucradas en su elaboración de una u otra manera. Integra todos sus pensamientos y sentimientos unidos para poder crear estos mundos, llenándolos de pedacitos del alma de todos lxs miembros del equipo. Es esta unión la que hace que una película cobre vida porque, en su ausencia, solo quedan una sucesión de imágenes que no dicen nada, pueden aparentar contar una historia pero, por debajo de la superficie, no hay nada tangible.

Hacer cine, y contar historias, se resume entonces en ser honestxs porque, lo que sea que intentemos contar, tiene que llevar algo de nuestra historia, de nuestras preocupaciones, o de nuestros sueños. Aunque el resultado final puede que ni siquiera se desarrolle en la tierra, no importa cuántos espíritus, cruceros espaciales y grandes aventuras veamos pasar en frente de nuestros ojos, no podemos olvidar que las mejores de estas historias todas tienen un elemento en común. En lo más profundo de su esencia hay una personita pequeña contándole al mundo quién es, ya sea un niño que siempre soñó con pelear contra los malos junto con sus amigos o un joven idealista que solamente sueña con crear un mundo mejor.


Me llamo Juan Ignacio Agüero, pero todo el mundo me dice Nacho, es un apodo divertido y le guardo mucho cariño, siento que va conmigo. Me gusta escribir sobre muchas cosas, pero mis grandes pasiones son el cine y la música que las llevo conmigo a todas partes.