Por Dj Rackaz
@dj_rackazcr
La música logra unir masas, logra llenar corazones y logra que simplemente uno sienta, que eso es vivir, el poder sentir, llorar o sonreír con una canción de fondo.
Cuando me pongo a pensar qué habrá sido la chispa que me hizo apasionarme por la música creo que tiene que ver con el hecho de que, desde muy pequeño, vi a mi papá coleccionar la música de su gusto. A mis 5 años de edad aprendí a quemar discos con la música que me pedían mis primos y tíos, usando programas piratas como Ares o Limewire. Ahora, viendo en retrospectivas, me atrevo a decir que ese fue el momento que me despertó esa chispa del coleccionismo de música.
Desde muy pequeño me gustó mucho un disco de Bob Marley que tenía mi papá de puros éxitos. Sin saber como se llamaba ese ritmo empezó mi enamoramiento por el reggae. No me quedé ahí, desde entonces también aprendí a disfrutar de todo: desde rock, hip hop, baladas, ska y la salsa, que se convirtió en mi segundo amor luego del reggae.
Por ahí del 2010, recuerdo que mi papá me instaló en la compu el famoso Virtual DJ y ahí fue donde encontré la semilla de curiosidad sobre el arte de ser DJ. En ese momento no se me pasaba por la cabeza lo que en definición hacía un DJ pero me gustaba poner música en la compu cuando estábamos en la casa y ver como mi familia disfrutaba.
En el año 2013, me sentí aburrido de escuchar lo mismo, quería volver a descubrir algo que me atrapara. Así encontré una nueva onda de artistas que estaban saliendo en ese momento como Protoje, Chronixx y ahí mi vida cambió por completo. Encontré música con un ritmo pegajoso y que en su mayoría tenían letras fáciles de disfrutar, letras de conciencia, de amor y de inspiración que cambiaron mi forma de pensar para siempre.
Tras ver videos de unos bailes en Jamaica donde había un DJ y la gente se volvía loca, sentí una energía que nunca había sentido, quedé sin palabras de cómo la gente podía inyectarse tanto a pura música. Luego fui descubriendo que aquí, en Costa Rica, eso también se hacía y que, ya para entonces, habían DJs bastante talentosos que tocaban en lugares de renombre, donde más gente llegaba a escuchar reggae y se hacía un ambientazo.
El Dj Luiz Dubs fue la primera persona que me dio la oportunidad de mezclar de manera profesional en radio y en bares. Empecé con nervios, pero, mientras más confianza agarré sentí que estaba en el lugar correcto y que era esto para lo que estaba hecho. Con esto empecé a entender lo que es el título de este artículo: el arte de hacer sentir a través de la música.
Bastante gente cree que el DJ es simplemente una persona que cambia canciones mientras presiona el botón de Play y de Pausa pero es mucho más que eso. Un DJ se encarga de que un evento, una fiesta o un bar tenga éxito y, principalmente, ambiente. Un DJ es el principal transmisor de energía en un evento. Uno nunca sabe el efecto que tiene inyectar de energía positiva a alguien simplemente a través de la música, cuando alguien llega y te dice “Mae hoy vine a tu evento porque ando triste y quería despejarme y con su música y ambiente logré animarme”. Es ahí cuando uno se da cuenta de que es capaz de inyectarle a alguien energía; felicidad y hasta recuerdos que pueden quedar por siempre.
Aquí es donde viene lo complejo con respecto a la creatividad: nadie nace con la fórmula sobre cómo animar a la gente en un evento, uno tiene que ir moldeando su estilo y estar bien seguro de él para tratar luego de plasmarlo en la gente. Hay que ser consciente de que a uno lo llega a ver gente de todo tipo: quienes quieren enfiestarse, quienes vienen hartxs del trabajo o quienes nada más quiere pasarla bien y otras personas que vienen de tener bajones emocionales. Ahí es cuando uno tiene que sentirse preparado para impactar a todas esas personas con sus diferentes motivaciones.
En mi caso, el reggae ayuda mucho a eso, hay gran variedad de temas que se tocan ahí: amor, crítica social, fiesta, meditación, optimismo, entre otros, entonces el género en sí te llega al alma si le ponés atención. Esto pude presenciarlo más con nuestro evento dedicado al Reggae Roots, que se llama, Sunny Roots y ya he visto a varias personas llorar de emoción porque cada canción les llega con sus letras y les trae felicidad y conmoción instantánea. También he percibido esto en nuestro programa Reggae Family Radio Show donde la gente nos hace saber que está en familia disfrutando el programa.
La música logra unir masas, logra llenar corazones y logra que simplemente uno sienta, que eso es vivir, el poder sentir, llorar o sonreír con una canción de fondo, porque yo sé que al igual que a mí la música a todos nos cambió la vida
Para finalizar les dejo una frase que dijo Bob Marley, “lo bueno de la música es que cuando te pega, no sientes dolor”.
Mi nombre es Gabriel Vargas, tengo 21 años, en el mundo del reggae me desempeño con el nombre de Dj Rackaz y soy un fiel amante del arte del djing, y de la música, muy específicamente del Reggae music.