Editorial

Good Feed #72: Le damos la cara a la ansiedad

​​El miedo que nos une como humanos, a la vez es capaz de alejarnos del disfrute, de lo que hay, de lo que queremos. Irrumpimos en esos territorios incómodos para recabar lo que existe y que, a veces, intentamos ignorar.

En la modernidad es raro que la ansiedad nos sea ajena. Si no la hemos experimentado en primera persona, probablemente la conozcamos de segunda mano. Alguien de la familia que se despierta a media noche sin ninguna razón aparente y no puede conciliar el sueño nunca más. Una amistad que desarrolló síntomas a partir de una relación tóxica que depara en miedo a salir de casa o conocer a nuevas personas.

La ansiedad tiene una gran cantidad de disfraces, a veces en entornos sociales, en ataques de pánico o en fobias. A la vez, las razones que pueden provocarla son tan numerosas como la oferta de cajas de cereal en el supermercado. No necesariamente se manifiesta por igual en cada individuo, mientras que no siempre tenemos las herramientas para identificar su existencia.

Precisamente porque no hay razón para evadirla,  en esta edición le damos la cara a la ansiedad. En los textos que se incluyen en este Good Feed encontramos una voz profesional (la psicóloga Adriana Gutiérrez) que observa señales de alerta manifestadas en la relación entre ansiedad y comida o, más bien, Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), presentes en una población cada vez más amplia.

El texto de Joseph Víquez vincula su historia de ansiedad personal con el cambio climático, en un llamado no solo a la concientización por el tema sino a la humanización de otro de los efectos silenciosos producidos por la problemática del medio ambiente.

Verónica Jiménez se vulnerabiliza sobre la ansiedad que le genera precisamente vulnerabilizarse. Con esa expericia personal que ya tiene larga data, explica cómo esta se diferencia del simple miedo o de la inseguridad.

Andrés Díaz se centra en el deporte, donde los cuerpos preparados para afrontar grandes retos en diferentes disciplinas pueden dejar de responder apropiadamente por lo que esté ocurriendo en la cabeza. Con las Olimpiadas de Tokio recién ocurridas, hay ejemplos valiosos para poner esto en perspectiva.

Alessandro Solís, por su parte, pone sobre la mesa un escenario quizá menos discutido en el día a día: la necesidad de ver la ansiedad no como algo individual sino como una problemática social. Su tratamiento actual está siendo ignorado por entidades gubernamentales que, lejos de contribuir, podrían estar provocando una prolongación y una mayor masificación de la ansiedad.

Por último, el playlist doble de Ana Lucía Fariña presenta opciones musicales para reposar la mente y acallar los pensamientos incansables por medio de melodías y ritmos que, científicamente, se sabe, que permiten una relajación ante momentos de mucha bulla interior.

No se pierdan las columnas de esta semana, con una guía detallada sobre cuándo regar o no regar las plantas de nuestras casas (María José Callejas) y un repaso histórico y explicativo sobre el significado de los colores en los movimientos feministas (Idahyma Barrantes). Una vez más, esperamos contribuir con su semana con contenido saludable.

En esta edición:

Mi ansiedad es nuestra ansiedad | Por Alessandro Solís

Mami, tengo un miedo | Por Verónica Jiménez

El peso de la salud mental en los deportes competitivos | Por Andrés Díaz

Ansiedad climática para rato| Por Joseph Víquez

“Pecar y rezar”: sobre la culpa y la alimentación| Por Adriana Gutiérrez Camacho

PLAYLIST: Medicina para reducir el estrés y la ansiedad| Por Ana Lucía Farina

Columnas:

​​Regar o no regar ¡He ahí el dilema!| Por Larissa Soto

Feminismos y cromatismos en aumento| Por Idahyma Barrantes