¿Has sentido algo así como furia cuando tenés hambre y no podés comer inmediatamente?
El enojo que sentimos cuando tenemos hambre tiene una explicación biológica. La falta de glucosa, que es la principal fuente de energía para nuestro cerebro, provoca una serie de reacciones en nuestro cuerpo. Cuando los niveles de glucosa bajan, el cuerpo libera hormonas como el cortisol, que aumentan la irritabilidad y el estrés. Esta respuesta es parte de un mecanismo evolutivo que preparaba a nuestros antepasados para competir por recursos cuando la comida era escasa.
Además del cortisol, la adrenalina también juega un papel en nuestro mal humor al estar en ayunas o alargar los ratos sin comer. Esta hormona, conocida por su papel en situaciones de estrés, contribuye a que nos sintamos más irritados y propensos a reaccionar negativamente. Aunque ya no competimos por la comida como en el pasado, estos procesos biológicos siguen presentes y pueden influir en nuestro comportamiento diario.
Para evitar estos momentos de enojo, es útil reconocer cuando empezás a sentir irritación debido al hambre. Llevar un refrigerio saludable con vos puede ayudarte a mantener tus niveles de energía y un estado de ánimo equilibrado, evitando que el hambre nuble tu razón. Una recomendación práctica para evitar estos momentos de enojo es tener a mano algo ligero para comer antes de que el mal humor se apodere de vos. Y, si sirve de algo, ya podés entender que estas posibilidades de enojarse irracionalmente, también representan un sentimiento compartido por muchas personas. Leer más.
Salud masculina
¿Qué dice el semen sobre la salud masculina?
El semen puede ofrecer pistas importantes sobre la salud masculina, ya que su color, textura, olor y volumen pueden indicar problemas subyacentes importantes. Es normal que haya variaciones leves, como cambios de color debido a medicamentos o alimentos, pero ciertas alteraciones pueden ser signos de condiciones médicas. Por ejemplo, un color amarillo o verde podría sugerir una infección, mientras que un color rojo o marrón podría estar relacionado con inflamaciones o traumas leves.
La textura también es un indicador clave: un semen demasiado espeso puede señalar deshidratación, mientras que uno acuoso podría indicar un bajo conteo de espermatozoides. El olor también es relevante; un olor fuerte o dulce podría estar relacionado con infecciones o niveles anormales de glucosa. En cuanto al volumen, lo normal es entre 1,5 y 5 mililitros, y un volumen demasiado bajo o alto puede reflejar diferentes condiciones, desde eyaculaciones frecuentes hasta problemas hormonales.
Llevar un estilo de vida saludable, incluyendo buena hidratación y alimentación, es crucial para mantener la calidad del semen. Si notás cambios persistentes en su aspecto, es recomendable que consultés a un profesional de la salud para prevenir o tratar cualquier problema a tiempo. Leer más.
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La directora Antonella Sudasassi Furniss investigó hasta obtener varios testimonios de adultas mayores hablando de su visión sobre la maternidad, la menstruación, la vida sexual y todo lo que nunca solemos preguntarle a nuestras abuelas. Su segundo largometraje (después de El despertar de las hormigas) se estrena el 29 de agosto en los cines de Costa Rica, luego de un paso exitoso por varios festivales. Conversamos con ella.