El arte nos mantiene en movimiento, nos recuerda que somos humanxs y estamos vivxs, y que lo más humano que podemos hacer es sentir. El arte nos salva.
Desde las películas con las que crecimos, a las canciones que nos sostuvieron, los libros que nos acompañaron y las pinturas que nos dejaron con un nudo en el corazón, el arte está en todos lados, nos rodea y nos abraza.
El arte nos hace sentir, nos hace cuestionar, nos hace vibrar y nos transporta, todo al mismo tiempo. Su magia es justamente esa: cada experiencia es única, una sola obra puede hacernos sentir infinidad de emociones, todas muy diferentes pero igual de reales.
Y la magia de lxs artistas radica en poder transmitir todas esas emociones a través de su arte, convirtiendo algo ordinario en extraordinario. El proceso de crear se vuelve catártico, doloroso, necesario, liberador, acogedor.
El arte nos mantiene en movimiento, nos recuerda que somos humanxs y estamos vivxs, y que lo más humano que podemos hacer es sentir. El arte nos salva.
“No leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana. Y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, los negocios y la ingeniería son carreras nobles y necesarias para la vida. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor… son las cosas que nos mantienen vivos”.
Con esta frase de la película Dead Poets Society (1989) presentamos la edición de esta semana, donde recopilamos las vivencias de cinco artistas de la escena local costarricense, sus procesos de descubrimiento, exploración, vivencias y relación con su arte y el de otras personas.
Gracias por leernos y hacer arte con nosotrxs.
En esta edición:
Confieso que soy un fraude | Por Melany Mora
Reflexiones de una DJ trans | Por Eve Chaves
Una caja de zapatos Payless me hizo creérmela | Por Carolina Fung
Decidí ser artista | Por Ana Valeria Pol
Autodefinirse como artista | Por Marcia Arenas Víquez
