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Blancanieves nunca fue mamá

Por Melina Valdelomar
@meleminina

Estadísticamente es probable que al menos una de las princesas hubiese sido agredida por su príncipe o asesinada por él. También al menos 2 o 3 habrían sufrido violencia obstétrica.

Sí, lo acepto, ví películas de princesas con mi hija. Hemos visto mucho más veces Frozen que alguna otra, más que todo por accesibilidad. Hubo un tiempo de mucho Rapunzel también. Netflix y Disney no se llevaban bien y eso hace que ella no haya visto clásicos como Blancanieves, La Cenicienta o La Bella Durmiente. Esas casi no las conoce, ni las ha visto más de dos veces y apuesto que fui yo misma la que las buscó en YouTube y la sentó frente a la pantalla para que las viera, por cultura general, porque tenía que saber quien era la Bella Durmiente para entender a Maléfica.

Mi hija, desde que sale al mundo, las ve, las conoce, el merchandising pudo más que las películas, ellas ya son símbolos, mil veces estampadas en envases, servilletas, golosinas y anexos.

Revisitando las princesas clásicas me di cuenta que sus historias nunca se continuaron, no crecen. Ellas y sus historias quedaron estancadas en el tiempo. No existen las segundas partes. Se llega al felices para siempre y la historia murió para siempre. ¿Por qué no continuaron las historias? ¿Cómo es posible que Blancanieves nunca fue madre? Aunque para estos tiempos ya incluso debería ser abuela. ¿Cómo no ha volado la imaginación en las brillantes mentes de los guionistas de Disney para contar la saga de felicidad de la maternidad de Blancanieves? 

Porque en todo lo que sigue hay una inevitable tristeza. Hay miedos, abusos, abnegación, culpas, sacrificios. Estadísticamente es probable que al menos una de las princesas hubiese sido agredida por su príncipe o asesinada por él. También al menos 2 o 3 habrían sufrido violencia obstétrica.

El halo, la burbuja de amor romántico que engloba los cuentos de princesas se estalla si la historia continúa. No hay cuento de hadas que maquille una depresión post parto.

¡Y por supuesto que las princesas querían ser mamás! Y tener todos los hijos que el príncipe quiera tener. 

Se imaginan si hubiera dicho que prefería no tener hijos, la diagnostican loca. El Rey pensaría que su hijo no sabe controlar a su esposa. Sería tal bronca, que no me extraña que termine la princesa en la guillotina por no querer herederos.

Aunque Aurora a.k.a. La Bella Durmiente, hubiese deseado tener hijos o hubiese sido plebeya y no tener el peso de la corona, no tendría derechos sobre su progenie, serían propiedad del padre y no solo sus hijos si no todas sus propiedades y herencias. Además, tampoco podían tomar acción en la vida política, ni siquiera recibían estudios formales. 

Supongo por eso tampoco vemos una segunda parte donde las princesas deciden estudiar y ser unas grandes eruditas, si con costos empezamos a votar hasta hace poco más de 90 años. En algo se salvó Bella, que al menos se quedó con esa enorme biblioteca de la Bestia, porque no habría podido ingresar a una en la universidad si hubiese tenido la suerte de asistir. Como le pasó a Virginia Wolf y era 1929. Además que la pobre de Bella posiblemente sólo haya encontrado autores varones en toda esa descomunal cantidad de libros, había poquísimas escritoras publicadas.

La vida en pareja no es sencilla, ni fácil, mostrar las inevitables discusiones del príncipe y su princesa no es feliz. ¿Por qué creen que lo primero que eliminaron en las películas de princesas del nuevo milenio fue el casamiento?

Bueno, no seremos mezquinas y le daremos el crédito a Moana, donde ya entramos a un nuevo enguaje, en que las niñas quieren y pueden seguir sus sueños solas. Aunque claro, siempre, siempre nos hará falta un hombre grande, fuerte, que nos saque de algún apuro, que nos llegue a salvar.

La nueva generación ya no come cuento con el “Felices para Siempre” enmarcados en flores y animalitos del bosque. Muchas niñas que conozco solo piensan en finales abiertos, llenos de expectativas para todas las sagas que se les ocurra, donde la felicidad no la representa una tiara.