Por Sasha Campbell
@sashamusic @oenostesia
Le di “on” al reproductor de audio y arrancó a media pieza un bajo que me retumbó en el paladar.
En el matrimonio formado por el vino y la gastronomía; la música llegó a crear polémica; a fomentar sensaciones nuevas y a mover emociones. Llegó a revolucionar la tradicional dupla y se propuso convertirla en el mejor “Ménage à trois”. Luego de años de una relación predecible y monótona, la vibración sonora nos permite experimentar el éxtasis que teníamos reservado a boca, y llevarlo a otras partes del cuerpo. Eso es la oenostesia.
La primera vez que lo experimenté estaba sola, en mi espacio preferido de siempre, mi casa; y haciendo lo de siempre, tomándome una copa de vino. No tenía en aquel entonces mayores conocimientos sobre la materia (no que ahora los tenga); solo sabía que me gustaba mucho más que la cerveza y me sentaba mejor que el whisky.
La selección de la noche era un Merlot, un viejo conocido; no andaba con ganas de experimentar, así que, sin pensarlo mucho; descorché un “vino de batalla”. Fue ahí cuando, con copa en mano; y mientras trataba de jugar a la sommelier aficionada identificando aromas y sabores, que le di “on” al reproductor de audio y arrancó a media pieza un bajo que me retumbó en el paladar.
Lamento reconocer que tras el impacto inicial de tal realización sinérgica, me enteré que no la estaba inventando yo. Existen ya varios estudios realizados y; que el impacto del sonido y de las vibraciones de audio en el paladar e incluso, como factor agregado al terroir desde el inicio de la producción, es un tema del que se habla cada vez más.
Hoy son varios los productores que exponen a sus viñedos a música clásica o relajante, porque favorece la calidad de los sabores y la intensidad de la uva.
La oenostesia es un término novedoso creado por la Dra. Jo Burzynska, enóloga y artista multisensorial radicada en Australasia y se refiere a la sinergia entre la música y el vino, a esa sensación asociada que se produce en el cuerpo, a consecuencia de un estímulo. La influencia de ciertos tonos, en especial de las frecuencias bajas, crean reacciones y relaciones; e incluso pueden llegar a lograr en los vinos un carácter más definido.
Esa epifanía que yo tuve hace ya ocho años me motivó a investigar más sobre el tema. Si el Merlot de esa noche cambió tanto en boca ante el sonido de aquel bajo potente, qué podríamos esperar de un Syrah, un Malbec o un Cabernet Franc. La Oenostesia nos permite explorar los tonos del vino, la fuerza de cada cepa y asociarlos o “maridarlos” con frecuencias sonoras, para lograr experiencias mucho más completas.
En definitiva, hay vinos que por sus frecuencias podrían ir mejor con algunos géneros musicales; hay quienes aseguran por ejemplo, que el Merlot por a su potencia; va mucho mejor con un blues o con soul. Sin embargo, la oenostesia va mucho más allá; no se trata de simplificar cada cepa a un único género, se trata de catar cada vino e identificar de acuerdo a su estructura, con cuales tonalidades se amalgama mejor.
Al igual que hay quienes prefieren una cepa sobre otra, o alguna zona de producción ante otra, aunque sea la misma uva, habrá quienes prefieran un sonido más que otro al hacer una cata sonora. Las recomendaciones son guías, pero cualquier enófilo les dirá que el mejor vino no es el más caro, es el que cada uno de nosotros disfrute más. Lo mismo aplica con la música.
La oenostesia recomendará frecuencias, notas graves o agudas, nos pondrá a notar motivos repetitivos o acordes tensos, pero la experiencia que cada uno de nosotros viva al hacer el ejercicio de cata, es meramente personal.
Aunque la recomendación de esta artista y declarada melómana siempre será que la experiencia se viva con músicos en vivo y; al menos las primeras veces, con la guía de algún sommelier y músico especializado; igual se vale intentar la opción casera, para la cual es útil seguir algunas recomendaciones:
- Antes de iniciar, prepare el ambiente. Decante el vino, si fuera necesario, sirva la copa. Dese unos minutos de tranquilidad.
- Utilice un buen equipo de audio, buena ecualización, buenos parlantes o idealmente audífonos.
- Cierre los ojos y pruebe el vino en total silencio. Cátelo, permítase unos segundos para conectar con la experiencia.
- Dele “play” al audio y vuelva a llevar el vino a boca.
Hemos creado algunas “playlists” o listas de reproducción para jugar y experimentar un rato y la mejor recomendación que puedo darles con respecto a la Oenostesia, es que sean curiosos. Ya sabemos de las maravillosas sensaciones que nos puede generar el matrimonio en boca del vino con su maridaje gastronómico correcto, ahora solo se trata de salirnos del esquema y permitirnos un ménage à trois con música…
Algunos playlist
- https://open.spotify.com/playlist/3FWruTMrYd3ueUfVWiI0SR?si=XsSB9JexQ_a7O2uqUmpwVA
- https://open.spotify.com/playlist/3PCMFn1WkaBmyiHmEDAk1C?si=U6jmEmm-QQykrMdR-S6NGQ
- https://open.spotify.com/playlist/5rzz9fLD6T1Z944OSmcKyR?si=adMdm8lXTGW57UEmBhuypA