Por Sofía Madrigal
En San José, después de la época industrial, hubo una decadencia de regulación en temas de imagen urbana; causando poco a poco una “normalización” de la imagen descuidada con la que nos topamos hoy.
Cuando era niña, ir a Chepe centro era toda una vivencia fuera de lo rutinario, ya que era algo que ocurría muy pocas veces a lo largo de un año. Mi familia es de Heredia, así que la experiencia de ciudad siendo pequeña pasó desapercibida; siempre fui con mis papás pero muy pocas veces fui con un fin recreativo. Para mí se convirtió en un lugar de paso donde nunca entendí exactamente qué era lo que sucedía ahí, sino que solo veía mucha gente, sonidos, olores y texturas.
Esto cambió cuando fui joven y decidí tomar un taller en el TEC de Barrio Amón y mi mamá me hizo saber que ya podía aventurarme a ir a la capital sola.
Recuerdo que estaba muy ansiosa y con un poco de miedo cuando iba de camino a la parada de bus. El recorrido se me hizo eterno; al llegar todo me parecía confuso, me perdí, di vueltas, veía mucha gente y caos, pero dentro de todo esto sentí algo que nunca había sentido, tenía los audífonos puestos con una canción que en ese momento no dejaba de reproducir y la vivencia de la ciudad se convirtió como en una impresión visual de lo que estaba escuchando, fue mágico.
Con el paso del tiempo y la concurrencia con la que empecé a visitar Chepe, esta imagen se fue desplomando y pude ir sintiendo algo que creo que la mayoría de personas que vivimos en Costa Rica han experimentado con la imagen de la ciudad de San José: saturada y olvidada (hasta por la misma Municipalidad), con sus intereses económicos, dejando de lado lo importante que es generar una experiencia a las personas que visiten San José. Deja en manos de los comerciantes la imagen de las fachadas, que lo único que quieren es llamarte la atención con una valla publicitaria de 15m2 que tapa toda la fachada con las “mejores promos del momento”, tapando así la fachada de algunos de los edificios emblemáticos de la capital, a mí me satura todo esto, topando también con establecimientos emblemáticos pintados de colores chillones.
Rescato un fragmento de una tesis que leí, llamada La modernización entre cafetales: “San José,1880- 1930”, la cuál habla maravillas de cómo en esta época San José se convirtió en un escenario urbano atractivo en el aspecto arquitectónico. Todo esto me hizo cuestionarme las causas de lo que nos llevó lo tenemos hoy en día en nuestra capital; haciendo una investigación puntual del tema llegué a la conclusión de que, en San José, después de la época industrial, hubo una decadencia de regulación en temas de imagen urbana; causando poco a poco una “normalización” de esta imagen.
Culturalmente en cuanto a presencia de ciudad, Costa Rica se ha quedado muy atrás y si no hacemos algo en este punto, nos daremos cuenta tarde y nuestro patrimonio arquitectónico quedará olvidado dentro de una ciudad saturada visualmente de edificios vacíos, con rótulos gigantes y colores chillones que lo único que quiere trasmitir es que debés de comprar.
Analizando todo esto nació la idea junto con mi compañero Pablo Pérez, de crear un manual de imagen urbana, específicamente sobre la Avenida Central, que se basa una serie de pautas que brindamos tanto al espacio público como al espacio privado. Se presenta como la respuesta de las pautas por aplicar en el sitio, orientado específicamente a los organismos gubernamentales y a los entes privados que administran los locales. De esta forma se podría lograr un trabajo colaborativo con el fin de mejorar la experiencia de los usuarios y la imagen de la ciudad en San José.
Cuando nos encontramos en el trabajo de investigación vimos de que la ciudad es un ente vivo en constante cambio; debido a esto tuvimos que proponer una nueva metodología de análisis basada en atacar y analizar las problemáticas reales en los siguientes planos: de forma horizontal (a nivel de terreno en las calzadas), vertical en las fachadas de las edificaciones y con profundidad a lo largo del espacio, con el nombre de “Análisis de perfil en O”. Todo eso nos arrojó que, si queremos aplicar una propuesta que funcione, debemos de intervenir todos estos planos de la ciudad, de la mano con las necesidades actuales de los usuarios.
Observamos que las deficiencias en estas áreas se producen a raíz de crecimiento del trazo urbano actual, basado en priorizar a los vehículos, de la mano con la falta de regulación en cuanto a publicidad. Se puede observar que la mayoría de la publicidad planteada en San José busca llamar la atención choferes desesperados en medio de una presa en hora pico.
Otra forma de lograr llevar a cabo la propuesta de mejorar el recorrido de los usuarios se basa en crear una especie de “anillos de recorridos” sectorizando áreas en Chepe centro por usos, por ejemplo, crear un área de “recorrido verde” en la cuál se plantea vegetación a nivel de calzada y en fachadas de edificios que no cuentan con identidad arquitectónica. Otro es el anillo patrimonial, que se basa en brindar información sobre la historia del edificio y este cuenta con un tipo de “placa de identificación” para saber el nombre de este, así mismo se generó el “anillo cultural” también la propuesta aborda la intervención de fachadas, adaptación del espacio público con Ley 7600, el mejoramient de la calzada, tipos de rotulaciones en fachadas (tomando en cuenta dimensiones que hagan resaltar la arquitectura), propuestas de mobiliario urbano, iluminación, vegetación y materialidad; toda esta serie de propuestas nacieron a raíz de un estudio profundo de las necesidades del entorno inmediato.
Actualmente el proyecto quedó en pausa, debido a que tanto los entes privado como públicos sostienen que hay mayores preocupaciones. Escuchar esto es un poco abrumador, pues la idea de crear este tipo de propuestas es principalmente evitar que la imagen de San José siga desapareciendo. En cambio, a la ciudadanía le beneficiaría que los organismos públicos y privados vean la posibilidad de mejorar la imagen de la ciudad con alguna de tantas propuestas de estudiantes y profesionales enfocadas en el tema. Son ideas que pueden ayudar muchísimo a que el centro de la ciudad se convierta en un lugar que nos haga sentir identificación, mientras se mejora la experiencia de quien transite por estas zonas.
Como arquitecta creo que este tipo de proyectos son muy importantes y válidos, especialmente porque, en la actualidad, el sentido de arraigo a la imagen de ciudad viva va desapareciendo poco a poco. Culturalmente nos va llevando a normalizar la vivencia y cotidianidad de la ciudad; cuando esto podemos mejorarlo y hacer de San José una ciudad para el peatón que nos cuente su historia mientras la vamos transitando. Sé que como esta propuesta hay muchísimas más de estudiantes, urbanistas y arquitectxs que, si poco a poco sumamos, no solo traerá beneficios para San José, si no para todas las ciudades de nuestro país. De esa forma, lograremos recuperar, cuidar y rescatar, muchas joyas urbanas.