¿De qué hablamos cuando hablamos de creatividad?
Por Melannie Leal Ruiz
@melrlealr
Los libros me hicieron entender –o me ayudaron a darme cuenta– que en TODO hay creatividad. Sí, en TODO.
¿Qué es lo primero que se les viene a la mente cuando alguien menciona el concepto de “creatividad”?
No tengo un oráculo pero puedo apostarles a que piensan en colores, en arte, en objetos muy locos o en elementos mucho más abstractos que reales. También, me atrevería a decir que no todas las personas utilizarían “creatividad” como un sustantivo para autodescribirse.
Si adiviné, probaron mi punto. Si no, era el acto previo para lo que quiero hablar acá. Siempre me he preguntado el porqué: ¿por qué pensamos en creatividad de una manera tan simplista? Es interesante, hasta puede generar una disonancia cognitiva decir que la creatividad es limitada, puesto que, ¿no se supone que es algo que no tiene restricciones?
Pero entonces, ¿qué es la creatividad realmente?
La lengua española está en constante transformación y los conceptos y definiciones que hemos conocido por años cambian, evolucionan. Entonces, ¿a qué nos referimos en el 2021 cuando hablamos de creatividad? Pues bueno, según la Real Academia Española (RAE), “creatividad” significa la facultad de crear o la capacidad de creación. ¿Lo hubieran pensado?
Normalmente, si le preguntan a cualquier persona su definición de creatividad va a dar una explicación larguísima con ejemplos y abstracciones que no terminan de entenderse. De cierta manera, eso también es creatividad, ¿no? Pero bueno, ¿por qué hacemos esto?
Hablando de la gente, ¿cómo definimos a una persona creativa? De nuevo, según la RAE, es un adjetivo que califica a un ser humano que posee o estimula la capacidad de creación o de invención. Acá hay algo bien curioso que vamos a dejar para después, ténganlo en mente. Sabiendo esto, un creativo o una creativa es tan solo una persona capaz de crear algo.
Ahora bien, ¿no somos todas las personas hábiles para hacer esto?
Creamos palabras todos los días, construimos relaciones interpersonales a lo largo de nuestra vida, inventamos nuevas formas de movernos en la ciudad e imaginamos en nuestra mente cosas nunca antes vistas. Desde párrafos interminables para dejar el legado de nuestra mente escrito en alguna parte hasta nuevas curas para enfermedades fatales.
Siempre estamos creando, en cada momento que vivimos
Antes yo también pensaba que la creatividad era un concepto que solo aplicaba a entornos más artísticos, hasta que, por un feliz accidente, me topé con un libro que hablaba de creatividad. Después de ahí, simplemente me fui en una espiral del tema y comencé a leer sobre la inmensidad que abarca la creatividad, de todo lo que me estaba perdiendo por nunca haber cuestionado la conceptualización que me había construido desde que tuve memoria.
Por eso, siempre que alguien me pregunta qué pienso al respecto, no puedo evitar empezar por decir que creo que existe un concepto erróneo acerca de esta definición tan particular. Mi percepción acerca de la creatividad cambió totalmente cuando encontré literatura al respecto. De cierta manera, los libros me hicieron entender –o me ayudaron a darme cuenta– que en TODO hay creatividad. Sí, en TODO.
En el libro Steal Like An Artist de Austin Kleon se menciona que las ideas creativas deberían aplicarse en cada aspecto de nuestras vidas. De nuevo, sí, eso incluye desde la cocinada para la cena de la familia hasta acomodar el clóset para que todo quepa. Aún más, nuestra creatividad se extiende igualmente al estudio o trabajo, por ejemplo.
No importa dónde estemos o qué hagamos, todas las personas debemos buscar ser creativas, porque podemos serlo. Creo fielmente en que cada una de nosotras (personitas diminutas en el planeta Tierra) deberíamos estar intentando darle un empujón de creatividad a todo lo que hacemos. Nacimos para pensar, para crear. Nacimos para la creatividad.
Cada persona que conocemos a lo largo de nuestra vida, cada paisaje que vemos y cada elemento de nuestro entorno enriquecen nuestra creatividad. La suma de esas influencias se convierte en un volcado de piezas para poder construir algo diferente, algo novedoso. Inevitablemente somos un cúmulo de nuestras experiencias, lo que hemos percibido a través de nuestros cinco sentidos y que hemos decidido conservar dentro de nuestras mentes.
Al final, la creatividad no es nada del otro mundo, ¿saben? Tan solo consiste en darle la vuelta a las cosas que ya conocemos; todo con el fin de crear algo que dé la impresión de que nadie lo ha descubierto aún, de que nadie lo ha hecho aún. Sí, la impresión. ¿Por qué? Porque nada es completamente original, todo el trabajo creativo se construye sobre elementos que vinieron antes y que vendrán después y así en un círculo vicioso interminable.
Hacer algo creativo no es nada más que tomar cosas existentes y hacerlas diferentes.
No me malinterpreten, realmente no lo digo con un sentido negativo. Sin embargo, si nos ponemos a pensar en la originalidad, es tan solo una palabra que usamos para referirnos a las veces que aprendemos a tomar provecho de las partes que recopilamos a través de nuestra vida. ¿Qué hay más valioso que crear algo a partir de una mezcla de partes existentes? Combinamos los elementos para que algo extra pueda salir, algo más allá de la suma de sus partes. La creatividad es resignificar lo que nos han contado.
¿Recuerdan que algunos párrafos atrás dije que una persona creativa, según la RAE, es alguien que posee o estimula la capacidad de creación o de invención? Pues sí, la creatividad es una capacidad, es una habilidad que tenemos que desarrollar y estimular a lo largo de nuestras vidas, como cualquier otra. La creatividad es un músculo que estimulamos, así como lo hacemos con la flexibilidad o rapidez de nuestro cuerpo, cuando entrenamos para un deporte.
La creatividad es un ejercicio; es una práctica.
Entendiendo que nuestro cerebro tiene distintas partes que todas las personas poseemos y, sabiendo que desarrollamos algunas más que otras, ¿cómo podemos empezar a descubrir nuestra creatividad? No hay mejor manera de hacerlo que simplemente dejar a nuestra mente pensar libremente para que comience a trabajar. Divaguemos un poco.
Con toda esta discusión acerca de qué es creatividad, no puedo terminar sin mencionar que existen distintos tipos de creatividades (por si no ha quedado claro).
El mundo de la creatividad no es rígido.
Las ideas creativas son para todxs.
En esta edición:
Un clic en la creatividad culinaria | Por Jorge Cascante Villegas
Historias honestas, o cómo dejar el alma en todo lo que contamos | Por Nacho Agüero
El arte de hacer sentir a través de la música | Por Dj Rackaz
Lo ordinario y la creatividad | Por Mariana Evans
La no tan fría realidad de la ingeniería | Por Jose Ignacio Pauly
Dominando el arte de hacer ciencia | Por Jordán Villegas-Murillo
PLAYLIST: Un boost para la creatividad | Por Alejandro Bermudez Lopez
Columna
Tres más tres: Feng Shui | Por Íside Sarmiento