Por Ariana Farah Guier
@afgfoto
Esta disciplina abrió mis ojos hacia el deporte como juego, salud, empoderamiento femenino, sororidad, autogestión, creatividad y humildad.
Tengo 31 años y mi pasión es el patinaje en patines tradicionales, quads, “roller skating” y como la mayoría de gente de nuestra generación, patinamos en salones de patines cuando éramos pequeñ@s (¿se acuerdan de Montys?).
Fue hasta el 2011 cuando el Roller Derby se puso de moda alrededor del mundo, después del éxito de la película Whip It, que la oleada de patinaje llegó de nuevo a Costa Rica y entonces, con unos patines custom made en unas ADIDAS que eran de mi mamá y mis tíos, el patinaje entró a mi vida y ya no conozco otro estilo de vida posible.
El Roller Derby es un deporte de contacto, velocidad y estrategia en patines que marca sus bases desde 1922, pero que resurgió a inicios del 2000 en EE.UU. y actualmente es considerado como un deporte competitivo e inclusive de carácter olímpico.
Esta disciplina abrió mis ojos hacia el deporte como juego, salud, empoderamiento femenino, sororidad, autogestión, creatividad, humildad, etc, y como no existían academias ni entrenadores exclusivos en el país para este deporte que estábamos apasionadas de experimentar, lo aprendimos nosotras mismas y con la ayuda de muchas personas que se acercaron a lo largo del camino. De la misma manera, hemos compartido estas enseñanzas con quizás cientos de patinadorxs a lo largo de estos casi 10 años, reclutando gente nueva, enseñando y aprendiendo de y con todxs. Así fue como se formaron más equipos, hicimos eventos, conciertos y competencias.
Después de entrenar un par de años semanalmente con el equipo Panties Dinamita, una disciplina nueva que ninguna dominaba realmente, empezaron a haber diferencias y los equipos se separaron formando La Liga Roller Derby y Dark Side Roller Derby, nuestro equipo/familia. Entendimos y desciframos cómo montar el ente que representa toda su organización interna y años de planear entrenamientos y mantener vivo este deporte tan alternativo.
El roller derby abre puertas. Entre la comunidad internacional, cuando viajás a cualquier lugar del mundo, si hay alguna liga, te acogen en los entrenamientos y te enseñan cosas nuevas, casi siempre gratis, por amor al deporte, y la mayoría de entrenadores, árbitros y oficiales, no cobran. Así conocés a gente muy diversa y, entre quienes han entrado a nuestro equipo, se han creado también otros equipos como Demons on the Track y el colectivo de mujeres Casi Muertas, patinadoras de roller derby, rampas y baile en patines.
Uno de los retos más fuertes que he asumido como patinadora, fue ir al Mundial de Roller Derby en Manchester en el 2018 a representar este deporte como Selección Nacional. Fue difícil porque no contábamos con ninguna ayuda de parte del estado y, principalmente, porque no habíamos competido realmente como equipo, y tuvimos que unir fuerzas con la Liga Roller Derby, pero fue una oportunidad que había que tomar.
Viajamos juntas a perder en los 4 partidos… pero valió la pena todo lo vivido y aprendido. Fue una experiencia irrepetible para todas poder ver y conocer a muchas de las mujeres más talentosas que hemos tenido la oportunidad de ver patinar en vivo.
Actualmente, Dark Side Roller Derby cuenta con el apoyo de la Federación de Patinaje y el ICODER y hemos podido volver a entrenar sin contacto y con los protocolos del caso en el patinódromo de La Sabana.
Patinaje en rampas
Con el paso de los años, al ir sintiendo más confianza sobre ruedas en una superficie plana, empecé a patinar en rampas. Ya algunas amigas lo hacían pero, como vivimos lejos, me tomó más tiempo y dedicación personal de lo que pensaba. Sin embargo, ahora se ha convertido en medicina para mí, y en estos tiempos tan convulsos, donde no podemos jugar en equipo, es un escape.
Hasta ahora entiendo a mis amigos que surfeaban, esa pasión y disciplina, de ya no querer fiesta, sino dormirse temprano para madrugar y darle…
Al entender cómo las rampas son algo más personal y menos un deporte en equipo, de todas formas, al igual que el roller derby, hay un toque de agresividad, controlada por muchas reglas y cierto equipo de protección. Eso sí, me ayuda a liberar estrés, ansiedad, enojo, frustraciones.
(VIDEO DE LA PLAYLIST)
Me permite relajarme por el resto de la semana y he presenciado cómo ha ayudado a muchas mujeres a encontrar su verdadera fuerza y potencial, tanto dentro de la pista/skatepark, como dentro de sí mismas. También fue retador el hecho de que hay que encontrar un balance entre ser fuerte, ágil, hábil de controlar los impulsos. Es toda una terapia que siempre me sirve como práctica para el arte de aprender a vivir.
Hace ya casi 5 años, mis papás empezaron a alquilar una casita en Playa Negra mientras construían su casa de los sueños en una lomita de un pueblito cerca de ahí. Al lado de la propiedad que alquilaban estaba El Mutante… Es un skatepark, amplio, con transiciones pequeñas, medianas, grandes, boxes y rieles. Lo más importante es que estaba al lado de la casa y cerquísima de la playa, por lo que nos permitió a mi novio y a mí aprender o re-aprender.
A las 6:00 A.M. sonaba la alarma, nos tomábamos un batido y ¡vámonos! Salíamos bien temprano para que no hubiera nadie y no nos diera pánico escénico, porque el skate puede ser un ambiente bien intimidante cuando se está empezando y más para una mujer. Esto, no obstante, más bien proponía un desafío continuo contra mis inseguridades. Significaba ponerme pequeñas metas cada vez que lograba sacar tiempo para patinar, una prueba más, un truco nuevo, la adrenalina y la competencia es más contra la versión de mí misma que vino a patinar ayer.
Estás solx con tu cuerpo, mandando señales a los pies, hombros, pensando, pero al mismo tiempo no estás pensando en nada más. Creo que esa es la magia y la meditación detrás del deporte. Se requiere precisión, concentración, conexión con mi respiración y, se siente todavía mejor si se acompaña de buenos hábitos como una buena alimentación, el cuerpo responde, agradecido. Sale la serotonina y se siente muy bien…
Yo no era deportista, pero cuando uno encuentra un deporte que divierte y limpia, solo querés hacer eso.
Al final, entre mi novio y yo terminamos diseñando una rampa en la lomita, y nos quedó tan grande que seguimos aprendiendo. Aún no la dominamos totalmente y ahí es donde se pierden las horas entre la brisa que mueve las tecas, yo contra la yo de ayer.
Siempre va a sentirse mejor el desahogo que se vive al dejar de pensar en todo lo que nos angustia o preocupa. Poder estar solo yo, en mente y cuerpo por unos segundos o, si tenés la suerte de estar acompañado de amigxs, familia y amor. Todo esto vale la pena.
Fotógrafa, amante de los perros y de tomar café al atardecer. Tratando de comprender la locura humana desde 1989. Pacifista de naturaleza, de estatura pequeña pero de gran carácter.