Bienestar, Cocina

¿Sirve el etiquetado frontal en los alimentos para consumir comida saludable?

“Los proyectos de etiquetado frontal en la comida ofrece una información más completa para los consumidores. En varias partes del mundo es una realidad.”

Por Arturo Pardo

En Costa Rica no hay una ley de etiquetado frontal como la que hay en otros países. Usualmente, las políticas de etiquetado frontal en los alimentos tienen la intención de información detallada sobre los nutrientes presentes en un alimento en su etiqueta o en su empaque. Esto generalmente incluye información sobre las calorías, grasas, carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes que están presentes en el producto. Además de esto, se hace la advertencia, con un texto directo o con una escala de colores, si es necesario tomar en cuenta que un alimento tiene altos índices de grasas, carbohidratos, sodio u otros componentes que puedan estar presentes en exceso. Es decir, con la rotulación, casi siempre octagonal, vienen leyendas como “exceso de grasas trans”, “exceso en azúcares”, “contiene edulcorantes” y otras.

¿Tiene algún efecto en el consumidor en relación con los hábitos de comida saludable? Eso es lo que veremos en este artículo.

Es importante tomar en cuenta que, usualmente, para llegar a adoptar políticas de este tipo, se pasa por procesos de negociación entre la industria alimentaria, expertos en nutrición y las autoridades sanitarias. En Costa Rica, en la legislación pasada, la diputada María José Corrales trató de impulsar una iniciativa que llevara a hacer rotulación frontal en los alimentos; sin embargo, el proyecto no llegó a convertirse en ley.

En aquel momento, la entonces legisladora explicaba esto sobre su iniciativa: “El proyecto se ha presentado con la firme convicción de brindar mejores herramientas para que la ciudadanía haga un uso cada vez mejor informado sobre su derecho a elegir los productos que consume. No se trata, de ninguna manera, de prohibir productos, sino de ser claros en sus contenidos”. 

¿La rotulación trae beneficios?

En el caso del proyecto de ley presentado por Corrales, su propuesta estaba inspirada en la necesidad de que, contando con mayor información, se cambiaran prácticas de alimentación en la población, así como hábitos de comercialización. Empecemos por entender cuáles son los principales beneficios que, desde la nutrición, usualmente se espera que tenga esta práctica.

  1. Información clara y accesible: La publicación de los valores nutricionales en los alimentos proporciona información clara y accesible a los consumidores sobre el contenido nutricional de los alimentos que están comprando. Esto les permite tomar decisiones informadas sobre qué alimentos son más adecuados para sus necesidades dietéticas, restricciones o preferencias.

  2. Promoción de una alimentación saludable: Al tener acceso a la información nutricional de los alimentos, los consumidores pueden identificar alimentos que sean más saludables o que se ajusten a sus necesidades dietéticas específicas, como alimentos bajos en grasas, bajos en sodio o ricos en fibra.

  3. Transparencia y confianza: La publicación de los valores nutricionales en los alimentos promueve la transparencia por parte de los fabricantes de alimentos, lo que genera confianza en los consumidores. La información facilita la toma de decisiones informadas sobre lo que consumen las personas.

  4. Educación nutricional: La publicación de los valores nutricionales en los alimentos también puede contribuir a la educación nutricional de los consumidores. Al leer y comprender la información nutricional en las etiquetas de los alimentos, los consumidores pueden aprender sobre la importancia de una alimentación equilibrada.

    Países donde ya se pone en práctica

    Hay casos de éxito en países que han implementado la publicación de los valores nutricionales en los alimentos con la intención de que las personas prefieran la comida saludable. En algunos de estos países los mensajes son tan explícitos que incluyen leyendas como “contiene cafeína; evitar en niños”. Además, indica, con un número, cuántos ingredientes críticos tiene el producto. Se cataloga como “ingredientes críticos” la presencia de ingredientes que, en exceso, pueden derivar en enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión, entre otras. Algunos ejemplos destacados de esto son los siguientes: 
  1. Chile: En el año 2016, Chile implementó una ley de etiquetado de advertencia en los alimentos. A partir de esto, ahora se requiere que los productos alimenticios altos en calorías, grasas saturadas, sodio y azúcares agregados lleven sellos de advertencia en su etiqueta. Estos sellos son octagonales y de color negro, y son fácilmente reconocibles en el frente del envase. Según estudios realizados, el etiquetado de advertencia en Chile ha llevado a una disminución en el consumo de alimentos poco saludables y ha incentivado a los fabricantes a reducir la cantidad de nutrientes críticos en sus productos.

  2. México: Desde 2014, México implementó una ley de etiquetado frontal de advertencia en los alimentos, conocida como “etiquetado GDA” (por sus siglas en inglés, Guideline Daily Amounts). Esta ley requiere que los alimentos y bebidas no alcohólicas incluyan en su etiqueta información sobre los niveles de calorías, azúcares, grasas saturadas, sodio y otros nutrientes, así como sellos de advertencia en caso de exceder los límites establecidos. Se dice que esta práctica ha incentivado a los fabricantes a reformular sus productos para reducir los niveles de nutrientes poco saludables.

Israel: Israel implementó una ley de etiquetado frontal de advertencia en los alimentos en el año 2018. Utiliza un sistema de código de colores para indicar el contenido de azúcares, grasas saturadas, sodio y calorías en los alimentos. Los alimentos con altos niveles de estos nutrientes llevan sellos de advertencia en su etiqueta.

Críticas y desafíos del etiquetado frontal

Con cada proyecto de rotulación, en diferentes países, se han despertado también significativas detracciones que critican la ineficacia de este tipo de políticas, e inclusive su condición de inapropiadas. Entre los argumentos que suelen repetirse es que para las personas que tienen algún Trastorno de Conducta Alimentaria, el exceso de información puede resultar perjudicial.
Uno de los ejemplos, en Reino Unido, donde se está aplicando la rotulación, la fundación Beat, dedicada a apoyar a personas con desórdenes alimentarios, asegura que la rotulación de cuántas calorías tienen los alimentos, podría llevar a que personas con bulimia o anorexia elijan alimentos con pocas calorías, mientras que otras personas con la tendencia a tener atracones, elegirán aquellas con más calorías.
En este caso, la fundación observa que la información es beneficiosa con relación a promover la comida saludable, pero únicamente para aquel sector de la población que no cuenta con desórdenes. Otros detractores aseguran que uno de los desafíos que representan las etiquetas está presente en el hecho de que, con el etiquetado, muchas personas elegirán sus alimentos por lo que digan las etiquetas en lugar de por lo que realmente necesitan.

Después de leer este artículo, ¿qué idea te queda sobre la rotulación o etiquetado frontal?, ¿te serviría para tomar una decisión para consumir comida saludable?