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Hablemos de ligar en esta pandemia

Por Paula Piedra
@ramona_stone_

Supongo que por esos juegos poco claros L me contestó con una onomatopeya: isch; y M se expresó así: ¡yo no lo sé, pero ligar en pandemia apesta!

Fui a la discoteca a ver si me conseguía una fresca…

Proyecto Uno, El Tiburón.

“¿Qué significa ligar en esta pandemia?”, es la pregunta que se me ocurrió hacerle a varias personas, casi todas entre los 25 y los 50 años y residentes de la zona urbana de San José. Algunas me contestaron por medio de la mensajería de Instagram, otras por WhatsApp y unas muy pocas de forma presencial. Comparto a continuación mi interpretación a partir de las respuestas obtenidas.

Como la mayor parte de las actividades humanas que requieren encuentros e interacciones sociales, lo que ya venía pasando por medio de aplicaciones como Tinder, Bumble, OKCupid, Grindr, entre otras, durante esta pandemia, no solo se intensificó: ¡se desbordó! Según mis consultas, toda interacción virtual pasó a ser medio potencial para ligar. Por ejemplo, A me contaba que se matriculó en una carrera universitaria y de repente se vio en un chat de WhatsApp con más de cien jóvenes, recién salidos del colegio en su mayoría, y que aquellas conversaciones eran una “pura ligadera”. Lo que para la gente de mi generación fueron el pretil o la Calle de la Amargura, para estos jóvenes es ahora cualquier chat universitario. Según A, de repente se pasaban fotos o se compartían sus perfiles en Instagram, los cuales, además, son toda una producción de selfies, una suerte de portafolios del autobombo. 

Ahora, lo que parece funcionar muy bien para estas personas jóvenes, aparentemente es consecuencia de que ni siquiera se preguntan si hay otra manera. O dicho en otras palabras, no han conocido otras maneras, no tienen registros que les permitan hacer comparaciones y optar, así que les es más “fácil” proceder por la vía virtual. Pero, para personas de otras generaciones, no es tan fácil. 

B responde de manera contundente: para mí, desde hace un par de años, ligar se ha convertido en ligar en pandemia: ¡IMPOSIBLE! De igual manera C reporta: creo que para mí la pandemia ha significado cualquier cosa menos ligar, los ligues se redujeron al espacio puro de la fantasía. Con maestría D me mandó este mensaje vía Instagram: creo que las “dating apps” han tomado mucho más preponderancia en los ardides del cortejo. Debido a ellas, quizá, es más accesible conocer a personas fuera de los círculos de socialización habituales. Creo, sin embargo, que si uno ya era malo cortejando de forma analógica, la migración virtual del flirteo, aunque en un principio se antoje atractiva o hasta exótica, no termina subsanando las incapacidades o deficiencias previas de los interlocutores. 🤷🏻‍♀️

Sin embargo, hay otras personas mayores de 35 años que son bastante más prácticas. E me escribió: citas Tinder en el súper. ¿Qué piensan de esa opción? F tampoco se complica y dice así: modo efímero, ¡así le puse! ¿La tienen clara o qué? Igual G, este chico afirma: verse muy poco, stickers, Instagram, no mucha diferencia a pre pandemia, jaja

G me dejó pensando cuando afirma “no mucha diferencia a pre pandemia”. ¡Y claro, es que hay un parteaguas en esto de los ardides (usando la palabra de D) del ligar. Hay para quienes ligar es una manera de estar en el mundo. Es decir, que si los humanos tuviéramos un interruptor que controlara el ligar, algunas personas ya le hubieran hecho un ‘maguiver’ para dejarlo en modo directo. Para otras personas, en cambio, sí tiene una función de apagado y encendido. Otras personas incluso han refinado el maguiver y hasta se pusieron un atenuador, para no caer en lo binario del on/off y auto regular la intensidad. 

Bajo esta perspectiva, hay quienes andan en eso “de lagartija para arriba todo es cacería”, y pandemia o no pandemia ligan a toda costa, sin escrúpulos ni necesidad de apps o ni siquiera grandes esfuerzos… como yendo a la pulpe, haciendo la fila del EBAIS o ¡quien sea cuando sea! (no voy a entrar en análisis exhaustivos de cómo el machismo nos tiene tomadas, tomados y tomades en esto de cómo nos relacionamos, porque la idea tampoco es deprimirnos cuando pensamos en ligar).

Pero, para otras personas, el acto de ligar tiene abierta la posibilidad de entrar en una relación. I me compartió: yo conocí a mi novia por Tinder en semana santa del año pasado. ¿O qué tal lo que me contó J? Me dijo: la pandemia y las apps en línea me facilitaron las varas porque soy muy tímido y la distancia me hizo más posible el proceso de abrir mi corazón y permitirme realmente conocer a alguien… fue como que me bajaran el ritmo…y así sí pude porque la intimidad me era atemorizante.  

Interesante, ¿verdad? Habría que estudiar lo que significa intimidad, conexión, sexo y amor con respecto al acto de ligar. Pero más que estudiarlo, ¿podríamos hablarlo? O bueno, antes de hablarlo, ¿podríamos reflexionar qué significa para cada quien todo esto? Lo digo porque evidentemente para cada quien significa algo y este algo no tiene que ser lo mismo: no se trata de encontrar una sola definición de ligar. Pero sí se trata de tenerla clara para cada quien e idealmente compartirlo con quien estemos ligando. K me dijo: la honestidad es lo más importante. Me estaba contando que para él, ligar en pandemia, ha significado recurrir a sus amigas y ex novias de confianza. Entonces yo le pregunté si ellas sabían que esta era su estrategia. Y ahí fue que trajo a colación lo de la honestidad. Me dijo que sí, que él dice de frente que no anda buscando una relación.

Supongo que por esos juegos poco claros L me contestó con una onomatopeya: isch; y M se expresó así: ¡yo no lo sé, pero ligar en pandemia apesta! De hecho sería material para otra columna hablar del ghosting, del breadcrumbing e incluso del gaslighting…todos efectos secundarios de ligar sin hacerse responsable de los propios actos.

Para ir concluyendo, tal vez se preguntarán: ¿qué significa para quien escribe ligar en esta pandemia? Está bien, voy a compartir mi opinión y experiencia. Primero, confieso que en algún momento del año pasado cerré todas mis redes sociales (Facebook e Instagram, no tenía otras) y que estuve en Bumble de manera intermitente en dos ocasiones en los últimos seis meses. De la experiencia en Bumble puedo decir que fue muy bonito chatear con un australiano que, como yo, es capricornio, pero estaba en Sámara y no tenía ningún plan de pasar por San José. El resto del tiempo…pues he estado trabajando desde mi apartamento. Mi vecino resultó ser bien imbécil, así que ni para ligar sirve. Salgo a caminar o al super, a veces veo a une que otre amigue. Así que mi realidad es como la puso N cuando le pregunté por lo de ligar en esta pandemia: ¡consolarse! Parecíamos mensas riéndonos de cómo nos hemos acercado a nosotras mismas en estos meses. Pero bueno, ya por lo menos volví a Instagram (spoiler: ¡solo posteo graffitis!). Y como dicen los buenos amigues de Proyecto Uno: con la mano arriba ¡huey! Que esta fiesta no termina.

*Los sucesos y personajes retratados en esta columna son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia. Ahora bien, si piensa que usted es mi vecino imbécil es porque lo es.


Paula Piedra estudio algunas cosas y trabajo en otras. Escritora y madre de una gata. Formo parte de la dirección colectiva de Teorética.