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El que tiene miedo a morir que no nazca

Por Daniela Anchía
@dani.anch

Como un meme cambió mi 2022 y me ayudó a ser mi mejor versión. La vida está llena de grandes cosas, pero nos enseñan que eso no es suficiente. 

“El que tenga miedo a morir que no nazca”. Me topé con esta frase a mediados de febrero del año pasado y la volví mi mantra de vida. Cada vez que me daba miedo hacer algo a mí o mis amigxs, la repetía en voz alta. ¿Miedo al rechazo? El que tenga miedo a morir que no nazca. ¿Miedo a aplicar a un trabajo? El que tenga miedo a morir que no nazca. ¿Salir con alguien? Adivinen: El que tenga miedo a morir que no nazca. Y es que la vida es demasiado corta para tener miedo a vivirla al máximo.

El 2022 fue un año de decisiones impulsivas y grandes cambios. Empecé a estudiar grabado, tuve la oportunidad de exponer unas cuantas veces mi arte, mi nombre estuvo en el cine Magaly, me teñí el pelo, me mandé a la política universitaria, trabajé en lo que me gustaba, amé mucho, lloré mucho y lo más importante; me acepté como soy. 

Debo decir que empecé el año un poco perdida y sin saber qué esperar. Cumplía 20 y sentía que me estaba desperdiciando, como diría mi abuela, yo estaba “en la flor de la juventud”. Sentía que no estaba logrando nada, porque en mi cabeza tenía la presión de que debía lograr grandes cosas joven para poder ser una persona “exitosa”. Constantemente la sociedad nos dice que para lograr esas grandes cosas, hay que ser productivxs, dar lo máximo en todo, estar en todo e incluso, sacrificar un poco de unx mismx en el proceso. 

¿Cómo definimos qué es una gran cosa? ¿Quién define qué tan grande es un logro? Las respuestas serían: no podemos y unx mismx.  Al final, esas grandes cosas podrían ser terminar un libro en 3 días, aprender a cocinar algo nuevo o encontrar una jacket en perfecto estado en una piscina del Sinaí. La vida está llena de grandes cosas, pero nos enseñan que eso no es suficiente. 

Para lograr cosas hay que tomar riesgos, estamos aquí para experimentar, para probar, para ganar y perder. “El que tenga miedo a morir que no nazca” fácilmente podría ser la versión moderna del “El que no arriesga no gana”. Y es que ¿cómo podemos alcanzar nuestra mejor versión si no probamos cosas nuevas?

Yo vivía con mucho miedo de mi futuro artístico, pensaba que me daba miedo experimentar, pero la verdad me daba miedo crear. Me daba miedo crear cosas que no fueran lo suficientemente buenas, que no cumplieran con los estándares de una academia, que no pudieran transmitirle algo a las personas que consumían mi trabajo. Todo ese autosabotaje me consumía y el arte había dejado de llenarme como lo hacía al principio. Todo cambió cuando me arriesgué a entrar a grabado, nunca había hecho uno en mi vida y no se hablaba mucho de ese énfasis en la universidad, pero no perdía nada con probar. 

Ahora no me imagino mi vida sin el grabado, ese riesgo me abrió un mundo infinito de creatividad del que nunca quiero me quiero ir.

El riesgo casi siempre viene con un cambio y para mí, en eso se basa la experiencia humana: cambiar y transformarnos. Nacer, vivir, crecer, cambiar, morir. Vivimos para acumular experiencias ¿por qué no acumular las más locas y aleatorias?

Salgan más, prueben comida de otros países, aprendan a bailar, comiencen a dibujar, permítanse descansar, vayan al cine solxs, escuchen música nueva, arriésguense a crecer y a descubrirse. Dejen en el 2022 esos miedos que les detienen de seguir creciendo, porque como escuché por ahí: Live life the way you want to be remembered.

Para el 2023 espero muchas cosas, pequeñas, medianas y grandes. Quiero seguir arriesgándome, probando, creando, llorando, amando y descubriéndome. Estoy dispuesta a que vengan muchas oportunidades nuevas y a que más memes me cambien la vida.

Por un 2023 con más crecimientos, más cambios y menos miedos.

El que tenga miedo a morir que no nazca.