Por Gabriela Rojas
En mi experiencia he logrado identificar cuatro deseos los cuales todos queremos tener y mantener a medida que vamos siendo mayores.
Pensar en la longevidad es difícil por dos razones: la primera, porque es abstracta y la segunda. porque se necesita de auto reflexión.
(Dr.Diego Bernardini)
Mi nombre es Ma. Gabriela Rojas, y soy entrenadora personal de personas con edades que van de los 60 hasta los 95 años de edad, las cuales presentan enfermedades crónicas no transmisibles como la Diabetes tipo 1 y tipo 2, distintas patologías, neuropatías, así como dificultad en capacidad de movimiento, como por ejemplo agacharse o levantarse de una silla con facilidad, ponernos los zapatos o hasta incluso caminar de manera segura.
Mi trabajo es el gran amor de mi vida; me encanta, me apasiona, me genera un inmenso interés, pero sobre todo me genera una necesidad enorme de llevar a la población adulta y adulta mayor una dosis de bienestar en su día a día. Todo esto conlleva un beneficio que el movimiento y el ejercicio físico generan de forma efectiva al cuerpo que lo ejecuta.
En mi experiencia he logrado identificar cuatro deseos los cuales todos queremos tener y mantener a medida que vamos siendo mayores. Esos deseos son gozar de una vida longeva, independiente, activa y digna. Entonces la pregunta del millón surge: ¿Dónde está el genio de la lámpara que cumple todos esos deseos? y la respuesta está en la actividad física diaria y aquí les cuento por qué.
A nivel de prevención y manejo de enfermedades, la actividad física en personas de 60+, disminuye las enfermedades cardiovasculares, reduce la posibilidad de padecer Diabetes tipo 2, reduce la pérdida de minerales óseos, control de sobrepeso, colabora con el fortalecimiento muscular y fortalecimiento del sistema inmune.
“De 4 personas que cumplen 80 años, 3 de ellas llegan a los 85 años, 2 de ellas a los 90 años y 1 de ellas a los 95 años”, (Dr. Diego Bernardini)
En cuanto a la capacidad de movimiento: nos permite mantener nuestras articulaciones aptas para realizar las tareas básicas como agacharse, levantarse, caminar, empujar y jalar objetos e incluso llevar los brazos por encima de nuestra cabeza para poder alcanzar objetos que estén un poco más altos que nuestra estatura. Nos ayuda en la coordinación, el equilibrio, agilidad, acción reacción, disminuye el riesgo de caídas y control del espacio.
La actividad física a nivel mental, nos ayuda a controlar la ansiedad, a prevenir la depresión o a salir de ella, mejora la memoria, incrementa la creatividad, ayuda a la oxigenación. También es un excelente conciliador del sueño, ayuda a ser resistente a la enfermedad del Alzheimer, es protector de las enfermedades cerebrales y brinda un sin fin de beneficios más.
En pocas palabras, si la actividad física se pudiera consumir o comprar en forma de pastilla, sería la pastilla más vendida del mundo, ya que: “quien se mantiene sano, se mantiene vivo”. (Dr. Diego Bernardini)
Creo en la necesidad de un cambio en el pensamiento y en la narrativa que nos permita exponer a ese ser humano de 60+ repleto de oportunidades, vigencia e independencia, el cual se siente activo, fuerte y merecedor de vivir una adultez digna.
La vida es una eterna negociación con la muerte, es saber mirarla y sonreírle. Es mirarla a los ojos y decirle que todavía la salud y la vida siguen agarradas de la mano y que todavía no tenemos cabida para ella.
Mi ilusión más grande es ver a mis clientes ganando salud, siendo libres, independientes, valientes, felices y eso lo logré a punta de amor, paciencia y convicción de que en el movimiento diario encontramos la medicina para una vida longeva, independiente,activa y digna.