Solemos pensar en el cambio climático como un problema que debe ser solucionado por los científicos e ingenieros, nos enfocamos en hacer cambios sencillos, nos preocupamos por usar menos bolsas, cambiamos a empaques biodegradables, no usamos pajillas, modificamos algunos de nuestros hábitos de consumo pero evitamos hacer conciencia y reconocer que el cambio climático es un síntoma de un sistema desigual ligado al racismo ambiental.
El concepto de racismo ambiental nació a fines de la década los 70s, entre las poblaciones negras de Estados Unidos definido por el sociólogo Robert Bullard. Se refiere a las políticas, prácticas o directrices ambientales que afectan desproporcionadamente a individuos, grupos o comunidades basados en su etnicidad.
No significa que el medio ambiente sea racista, es reconocer que son las comunidades compuestas principalmente por personas Negras, Indígenas y personas racializadas, a las que les ha tocado cargar con una cantidad desproporcionada de peligros ambientales como lo son: las plantas de desechos tóxicos, botaderos de basura, aeropuertos, plantas de producción industrial y otros, que tienen un impacto negativo en la salud y calidad de vida.
El racismo ambiental es el resultado de un sistema de discriminación que ha creado y mantenido desventajas estructurales por mucho tiempo. Los grupos sociales con más recursos tienen mayor acceso y posibilidades de manifestarse en contra e incidir políticamente sobre la ubicación de proyectos y/o empresas que afecten su salud. Mientras, los grupos minoritarios han sido históricamente excluidos de procesos de toma de decisiones.
Yo reconozco que mi privilegio de clase me ha permitido crecer y desarrollarme en una comunidad donde tengo acceso a la salud, la alimentación, donde nunca se va el agua, recogen la basura tres veces por semana y el reciclaje una vez al mes. Los caños los limpian todos los días, disfruto de áreas verdes y hasta tengo un jardín.
Hasta hace poco yo ni siquiera sabía, ni me importaba, a donde iba mi basura, ¿a cuál de los rellenos sanitarios? Hace algunos años, cuando las comunidades protestaron contra los rellenos, ni siquiera le tomé importancia, porque mi responsabilidad terminaba en separar mis desechos. Sin embargo ahora sé que esto es un problema que nos afecta a todxs, al igual que la lucha contra los proyectos extractivos, tala ilegal y apropiación de tierras Indígenas o las limitaciones de infraestructura, empleo y acceso a servicios de salud en las zonas costeras.
Es necesario que seamos críticxs de las conversaciones relacionadas a la crisis ambiental. Muchas se dan desde una sola perspectiva y son las que dominan los medios, documentales, conferencias; estas casi siempre son desde la perspectiva de los grupos privilegiados y suelen minimizar u obviar las experiencias de las personas racializadas. Es necesario que entendamos que la disparidad de la crisis climática se combate activamente siendo antirracista, informándose y educándose desde el antirracismo. Eso nos beneficia a todxs.
Diversifiquemos nuestras fuentes de información, les comparto algunes de les activistxs ambientales, científicas y escritores que me inspiran y sus cuentas de twitter: Dr. Ayana Elizabeth Johnson (@Ayanaeliza); Leahj Namugerwa (@namugerwaleah) Mary Annaise Heglar (@MaryHeglar); Aja Barber(@Ajabarber); Nylah Burton (@yumcoconutmilk); Dr.Kritee Kanko (@Kanko_Kritee), Samuel Sinyangwe (@samswey); Kevin J Patel (@imkevinjpatel).
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Stephannie es activista afro-feminista y cofundadora de Costa Rica Afro, enfocada en temas de sostenibilidad y justicia ambiental; también comparte su vida frugal y low waste desde ZeroDesperdiciocr.