Por Arturo Pardo
Se puede jugar con un presupuesto igual a cero y la compensación en entretenimiento es gratificante. Desde que lo conocí, no he encontrado nada igual
Desde que conocí la palabra, soy evangelizador de Papelitos. He organizado encuentros que parece que tienen algún motivo celebratorio, pero en realidad el objetivo final es jugar Papelitos. He invitado a estas personas creyendo que quiero conversar con ellas, cuando en realidad lo que quiero es que jueguen conmigo.
Los utilicé, pero al final la pasaron bien, creo… eso espero.
Voy a explicar lo que procede, paso a paso. Son pocos, pero importantísimos cada uno de ellos.
Lo que se necesita:
– Hojas de papel
– Lápices o lapiceros
– Tijeras
– Un cronómetro
– Una especie de tazón o recipiente sin tapa
– Cultura general.
El último de los ingredientes es el más importante. Para participar con ciertas posibilidades de triunfar, es indispensable tener una noción (ojalá más que general) de personajes históricos, íconos de la televisión o el cine, personalidades de la música, tal vez algunos nombres y apellidos de la política internacional, algunos personajes animados y, si no es mucho pedir, tal vez algún referente bíblico.
La preparación
Uno de los puntos más atractivos de Papelitos es que se puede jugar con un presupuesto igual a cero, pero la compensación en entretenimiento es gratificante.
La forma idónea de jugar es en parejas, aunque también puede hacerse en tríos, si la totalidad de participantes es impar y alguien queda sonto.
Vamos a las indicaciones…
Corte el papel en pedacitos rectangulares de un tamaño uniforme. Entréguele a cada participante una cantidad igual. (esta cantidad variará según la cantidad de parejas – tríos que se formen).
Cada jugador(a) escribirá el nombre de una persona o personaje por papelito. Al tomar la decisión de cuáles nombres elegir, es importante pensar que sean opciones que la mayoría de jugadores reconocerá. Por ejemplo, pensemos en que una persona anota tres personajes diferentes: Shakira, Bob Esponja y Abel Pacheco.
Una vez que cada papelito tiene un nombre, ese se dobla, quizá en dos o cuatro, y se deposita en el tazón, donde irán también los papelitos del resto de jugadores.
Las parejas no se sentarán juntas, sino, más bien, de forma en que queden uno frente al otro en un círculo. Por ejemplo, si imaginamos un reloj, una persona del equipo se sentará en la posición del 6, mientras que su pareja estará ubicada en la posición del 12, o una estará en la posición del 1, mientras que la otra estará en la ubicación del 7… y así hasta llenar el círculo.
Ronda uno: descripción
Esta es la ronda más larga, y en la que hay que prestar más atención, tomando en cuenta que cada nombre significará una sorpresa. El tiempo que se dará por pareja será de un minuto por turno.
Una persona de la pareja irá sacando, uno a uno, los papelitos del tazón. Al abrir el primero, le dirá a su compañera de pareja una descripción que le facilite a la otra adivinar de quién está hablando. No puede decir ninguna parte del nombre para describir. Por ejemplo, si el personaje es Pato Donald, no puede decir la palabra “pato”, pero sí puede decir otras cosas como “es un personaje de Disney”, o “tiene camisa y sombrero azul, pero no tiene pantalones”.
La descripción puede ser lo exhaustiva que sea necesario, con tal de que su pareja identifique y diga en voz alta el nombre correcto. Una vez que adivina, procederá a tomar otro papel y repetir el procedimiento hasta que pase un minuto.
Importantísimo: Cada papel debe dejarse afuera del tazón, ya que los papeles que no hayan sido sacados serán los que utilizarán las siguientes parejas.
La ronda concluye cuando ya todos los papeles hayan sido extraídos, o adivinados, más bien. Para ese momento, entonces, cada pareja contará cuántos papeles tiene en su poder y esa cantidad se escribirá en una hoja de control.
*Es indispensable prestar atención a todos los nombres, pues los mismos papelitos se usarán en las siguientes rondas. En caso de que se repita un personaje, no necesariamente hay problema. Es usual que suceda.
Ronda dos: una sola palabra
El reto escala a otro nivel, pues esta vez, con la misma dinámica de circular el tazón en dirección de las manecillas del reloj, en lugar de dar descripciones, ahora cada persona solo puede decir una sola palabra.
No hay quite acá. La primera palabra que se diga es la que queda como pista única para que su compañerx de equipo intente adivinar. La recomendación es invertir unos cuántos segundos en elegir bien la palabra, en lugar de escupir la primera que se venga a la cabeza. Por ejemplo, si el personaje es William Shakespeare, la pista podría ser “escritor”, o “teatro”. Si la pista es “bigote” quizá no sea tan específica, pues tal vez son muchos los personajes presentes con esa característica.
En caso de que una persona no logre atinar con el personaje correcto, no hay nada que hacer más que esperar a que acabe el minuto, que seguramente será un poco tortuoso. Ni modo.
Al final de esta ronda, una vez más los papeles se depositan doblados al tazón.
Ronda tres y final: mímica
Hay quienes tienen esta ronda como especialidad, pues requiere mucha creatividad para lograr explicar, sin un solo sonido, sino nada más con gesticulaciones y mímicas, cuál es el nombre anotado en el papelito por adivinar.
Es indispensable aclarar que no solamente no se pueden decir palabras, sino que tampoco se pueden hacer sonidos u onomatopeyas.
No hay limitación en cuanto al espacio por utilizar, pero además la persona puede señalar o tomar objetos presentes en el lugar. Esta es mi ronda favorita, porque es cuando uno más se ríe… o se frustra.
Los papelitos serán contados por parejas y sumados al total de las dos rondas anteriores. Ganará aquella pareja que haya adivinado más papelitos y así es como el juego termina.
No creo que haya mucho más que decir que, quizá, leer sobre Papelitos no sea para nada cercano a lo gracioso que es jugarlo. Una vez habiendo explicado esto, lo que más se me antoja es pensar en cuáles nombres anotaré la próxima vez.