Por Daniela Rojas
¡No tengo tiempo para vernos, no tengo tiempo para salir, no tengo tiempo para cocinar, no tengo tiempo para descansar, no tengo tiempo para hacer ejercicio, no tengo tiempo para nada! ¡Ni siquiera tengo tiempo para pensar en mí!
El ¨no tengo tiempo¨ se ha convertido en una especie himno o estandarte para la importante mayoría de personas incluida yo sin duda y de repente llegó Covid – 19 a nuestra vida y nos regaló lo que por años hemos dicho no poseemos: Tiempo.
Curiosamente, el tiempo trajo consigo algo que por años había estado esperando ver, una conversación acerca del valor de prestar atención a nuestra salud mental. De un día al otro, el reconocer nuestras emociones venía de la mano de hacer ejercicio. Prestar atención a nuestra salud mental y emocional dejó de ser algo embarazoso y pasó a ser algo fundamental para poder sobrellevar esta pandemia.
Pero y ¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué tuvimos que esperar a que estuviéramos todos en riesgo para atrevernos a hablar de salud mental sin estigmas o prejuicios? Creo que es una pregunta que todos deberíamos atrevernos a hacernos, ya que ninguno de nosotros debería subestimar el valor de nuestra salud mental y la manera en que ella impacta nuestro bienestar general.
Todos hablamos de como el Covid-19 ha llenado nuestra vida de incertidumbre y como esto nos ha hecho sentir impotentes, ansiosos y tanto más, lo cual es completamente esperable y comprensible. Los seres humanos, podemos llegar a sentirnos agobiados, atemorizados, enojados, tristes ante aquello que no conocemos y nos hace sentir frágiles y o vulnerables.
Pero qué tal si por un segundo nos detenemos a analizar lo siguiente; ¿Cuándo realmente hemos tenido la posibilidad de saber qué va a pasar mañana? Si lo pensamos bien, es muy poco lo que podemos controlar, la vida en sí misma está llena de sorpresas, de nuevos retos, de cosas verdaderamente inesperadas.
Más aún, por mucho tiempo ya, el estar ocupados era una de esas constantes en nuestra vida que de muchas formas nos permitían poner atención solo en aquellas cosas que elegíamos. Pero hoy en medio de tanta duda, una de las cosas que sí podemos discernir es que la salud mental merece nuestra atención, que sin ella es verdaderamente difícil por no decir imposible poder cuidar apropiadamente de nosotros.
Me pregunto, si tal vez con este tiempo de Covid-19, llegó la oportunidad de ¨normalizar¨ el valor de cuidar de nuestra salud emocional y mental. Será que talvez ahora se pueda hablar con libertad, sin penas y con completa naturalidad acerca de la necesidad de ir al psicólogo, de requerir acompañamiento terapéutico y sentirse no solo en paz, pero también seguros de los demás e incluso de nosotros mismos.
¿Será que al fin nos llegó el tiempo de entender que el pedir ayuda, no es darnos por vencidos, sino más bien reusarnos a darnos por vencidos? Supongo que solo el tiempo lo dirá, pero sin duda espero que este tiempo de estar más con nosotros mismos, sea un paso importante hacía el reconocer el valor, de hablar y de normalizar la importancia de la salud mental.
Daniela Rojas es Psicóloga y educadora en temas de diabetes. Podés seguir su información y consejos en su cuenta de instagram