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¿Me colabora?

Por Marianella Cordero
@marianellacorde

Me imaginé a mí misma con mis tareas, sueños, proyectos y deberes, todo metido entre la canasta que mencioné, y topándome en el mismo camino a uno de ustedes, el que sea.

Seguro a usted se lo han dicho en alguna fila, o en un sitio público.Es una de esas frases que no significan literalmente lo que parece.

“¿Me colabora?” no es pedir ayuda. En realidad, es una forma criolla y muy nuestra de decirle a otro “déjeme hacer lo mío, y no me estorbe, por favor”. Y se dice con tono bonito, no es una malacrianza.

Qué sé yo, digamos, si vengo con una canasta llena de naranjas y le digo “¿me colabora?”, no es para que me lleve la canasta, es para que me deje pasar, que se mueva si es necesario, que no estorbe o que me haga perder el tiempo, sobre todo si uno trae impulso.

Después de una campaña presidencial tan particular (con 25 aspirantes, videos innecesarios y sobredosis de sarcasmo) me dieron este espacio para escribir qué decisiones podría tomar yo para los próximos cuatro años… pero como no estuve en ninguna papeleta, me toca echar mano de la imaginación.

Me imaginé a mí misma con mis tareas, sueños, proyectos y deberes, todo metido entre la canasta que mencioné, y topándome en el mismo camino a uno de ustedes, el que sea. Y eso fue lo que pensé que le diría: “¿me colabora?”.  Y permítame ampliar la frase no solo al presidente, también a los diputados electos, al nuevo gabinete completo, es más, a cualquiera que trabaje o trabajará en el gobierno.

Retomo la canasta. No necesito que me la lleve. ¡Colabóreme! Ya le cuento cómo.

Yo sé perfectamente que me toca llevarla a mí sola. Ahí van mis recibos, mis gastos, mis deudas, mis planes, eso no le debe pesar a ustedes. Indistintamente de sus banderas y programas de gobierno, yo pretendo terminar la maestría, pasear cuando baje la gasolina y se calmen los ánimos en el planeta. Y vieran que no me molesta para nada la idea de trabajar otros 20 años. Estoy en todas, yo encantada de seguir dando lo mejor de mí. Tampoco tengo quejas de la CCSS, de hecho, me ha ido muy bien con el trato, soy cajalover a full, por eso pago feliz mis cuotas.  

Tal y como la mayoría de los costarricenses, soy buena ciudadana, ¡pero, …en serio, colabóreme!, que se traduce en no complicar los trámites, atender a la gente con ganas, no aprovecharse del puesto ni de su influencia. No favorecer a los suyos por encima de los que ya estamos en la fila desde temprano. Y si ve que a alguien le cuesta más que al resto llevar su canasta, no se lo compliquen: la gracia es que todos logremos llevar la carga equitativamente.

Y colabórese usted mismo. Llévese bien con la prensa, ojo que eso no implica ser complaciente, procure ser accesible y dejarse preguntar. A través de mis colegas, cuéntenos con claridad cómo van las cosas, y en qué podemos colaborar los demás. Comunique bien, comuníquese a menudo, sea auténtico. Eso ayuda a comprender cómo camina el vecindario y el resto del país.

Si aparte de colaborarnos así, trabaja con decoro y respeto a la bandera, ¡Ni hablar!

Todos llevamos un par de años muy golpeados. Sobrevivimos una pandemia, y eso no es poca cosa. Sobrevivimos, sí, pero hemos perdido a tantos… En estos dos años que se han sentido como una década, pusimos en pausa muchos sueños y apenas estamos agarrando entusiasmo y confianza, ya vacunados. No arruine este recomenzar con métodos viejos –las excusas, las recriminaciones, todo eso es pre pandémico: si salimos de esa pesadilla, no podemos seguir con lo de antes, deberíamos ser mejores–. No agarre el puesto para sacarse clavos, pida ayuda y sea franco: delegue si es necesario, pregunte y ponga abajo el ego, porque hoy soy yo la que le pide colaboración, pero luego será usted quien le pida “que le colabore” a la asamblea, a los sindicatos, ¡a todo mundo!

La cosa es imaginemos que cada mañana nos sonará la alarma para levantarnos temprano, agarrar cada uno su canasta y hacer vida. COLABÓRENOS, en serio. Pero así, como con ganas, de verdad.

Ah, y dice la RAE que:

colaborar 

Del lat. collaborāre.

  1. intr. Trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra.