Fotografía

Cristóbal Serrá: Diario fotográfico

¿Qué crédito le corresponde a quien documenta su propia vida, si es de alguna forma el autor de su propia existencia?

Por Arturo Pardo
Cuenta de Cristóbal Serrá @______cristo

Han pasado casi cuatro años desde que Cristóbal Serrá comenzó a retratar su cotidianidad. No hace falta tener una rutina extraordinaria para que valga la pena documentarla. Sin embargo, es justamente en lo cotidiano que se encuentra la gracia de la existencia, especialmente cuando tenemos la capacidad para volver a ella y revisitarla por medio de imágenes. 

“Quiero estar alerta a los momentos donde uno puede encontrar alguna sensibilidad o belleza, o incluso nada más algo qué decir”, cuenta el cineasta y artista visual. 

Con eso en mente, cada vez que una fotografía se suma a su buchaca de archivos, abre la posibilidad de encontrar una manera de regresar a aquel momento. Dice que, a veces, al momento de sacar su celular para tomar la foto está más enfocado en la composición de lo que tiene en frente, enamorado por lo estético. Más tarde, se da cuenta de todo lo que dice la imagen sobre el lugar y, tal vez, sobre sí mismo.

La práctica de la foto se convierte en un diario, y con él se mantiene vivo y constante el ejercicio artístico. No es la primera vez que Cristóbal se enfrasca en un proceso auto referencial. Ha tenido otros proyectos documentales autobiográficos, como Docuselfie, en conjunto con Natalia Solórzano y Lorenzo Mora, también cineastas. Además, ya había lanzado un documental centrado en él mismo, al que tituló No soy valiente.

Alt: tres imágenes en blanco y negro por Cristóbal Serrá.

Tres imágenes en blanco y negro por Cristóbal Serrá, como parte de su diario fotográfico.

Libro en camino 

El ejercicio de sumar fotos casuales de su propia vida comenzó en el momento en que Serrá se compró un celular que tomara fotos con una resolución y calidad con la que él se sintió a gusto. El cúmulo de escenas que ha capturado conforman un testimonio de sus intereses, ocasiones especiales, momentos aburridos e inquietudes. Es decir, todo lo que conforma una vida.

“A partir de estas fotos lo que me interesa buscar es la belleza de lo cotidiano como materia prima. Siento que hay un diálogo activo con las imágenes que voy usando y cómo se relacionan en una historia global”, comenta.

La historia global que se arma con fotografías de registro será también un libro con su propia narrativa de la cotidianidad. En el 2024 Cristóbal se enfocará ya no tanto en seguir sumando a su diario fotográfico. En cambio, se centrará en el proceso de edición para una publicación. De los cuatro años que lleva de tomar fotografías ya tiene una preselección de, más o menos, 1.200 fotografías que, a su vez, redujo en otra carpeta donde ya tiene unas 120 seleccionadas. Próximamente, además de sumar más fotos, también entrará en un proceso de construcción con todo el material que elija.

Sensibilidad fotográfica

Al buscar resumir cuál es su estilo y, eventualmente, qué podría describir lo que vendrá en ese libro, Cristóbal explica: “El diario busca el desarrollo de una sensibilidad. Yo conecto con una idea que dice el cineasta chileno de que a él le gusta estar en un permanente estado de rodaje.

En mi estilo está la sensación de que me gusta mantener la distancia, respetando el espacio personal de quienes están presentes y eso tiene que ver con mi personalidad, que no soy extrovertido. La distancia está no solo con las personas, sino también en ver más los relatos desde afuera, en mostrar paisajes, pero a la vez hacer paisajes a partir de un retrato”.

Quienes sean testigos de este trabajo podrán encontrar poesía dentro de la cotidianidad y, así como le sucede al mismo autor, probablemente harán una autorreflexión de su existencia. Se despierta la posibilidad de recordar sentimientos por las imágenes muchas veces de lo que tenemos al frente.

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