Entrevista y texto por
Alexa Badilla
Alejandro Marín es un artista costarricense de 22 años. Él tenía un año y nueve meses de vida cuando su padre Guillermo falleció de cáncer, y desde ese momento el arte ha sido su forma de entretenimiento.
El artista costarricense, oriundo de Goicochea, toda su vida ha compartido el techo con su núcleo familiar. Él asegura tener una relación muy cercana con los miembros de su hogar debido a que han superado situaciones difíciles juntos.
22 años después Alejandro sigue conectado con su padre pues cuenta que en su familia paterna existen varios artistas.
“Sueño con vivir del arte”
El amor que siente Alejandro por el arte es una característica que se manifestó a muy temprana edad, durante sus primeros años de vida, sus juguetes favoritos eran arcilla y plasticina. Además los animales de plástico que su padre biólogo ideó como el perfecto pasatiempo para Alejandro, y él recuerda con gran amor.
En sus años de escuela Marín afirma que la asignatura que más disfrutaba era arte. Él dice que de pequeño era muy “hablantín”. “Aprendí a hablar antes de aprender a caminar” dice con risa nerviosa. Mas cuando entró a la escuela y sus compañeros lo molestaban por actuar de “manera femenina”, él se convirtió en un niño introvertido.
Pasaron los años, llegó la adolescencia y Alejandro recuperó la seguridad en sí mismo. Tiempo después y con su pasión por el arte todavía presente, él decide estudiar Artes Plásticas en la Universidad de Costa Rica y realizar una especialización en diseño de la estampa.
Pese a que los paisajes y la naturaleza son la mayor fuente de inspiración para el artista, él dice no disfrutar replicarlos. En contraste disfruta bastante el arte textil y retratar. Específicamente el autorretrato emocional es su consentido.
“Es difícil estudiar algo que te apasione porque se empieza a percibir como una obligación más que un pasatiempo” agrega Alejandro. Para su dicha existe gran cantidad de expresiones artísticas, entonces dice que cuando se aburre del dibujo, teje en macramé.
Alejandro se define a sí mismo como un artista genuino, emotivo y vulnerable. Ansiedad y luto son algunas de los sentimientos que expresa por medio de sus obras.
Según Marín la mejor manera de apoyar artistas nacionales es asistiendo a las ferias, conciertos y actividades que se realizan, así como siguiendo sus plataformas de redes sociales. Él también considera importante crear consciencia del motivo de los precios de las obras de arte. Debido a que el artista realiza un trabajo humano que conlleva gran esfuerzo, tiempo e inversiones monetarias, en un país como Costa Rica que existe una limitación de materiales.
“Regatear el precio con artistas es insultante”
Para Alejandro el arte ayuda a construir una sociedad más sana porque “Permite que seamos personas más emotivas, el arte es la expresión de una parte de la sociedad. Esas experiencias que las palabras no logran comunicar permite entender otros puntos de vista importantes, especialmente si viene de temas sociales que necesitan ser visibilizados”
Para disfrutar mas trabajos de este artista, podés seguirlo en sus redes sociales en @mareaaalta en Instagram, y podes apreciar todas las exposiciones en las que ha participado en su sitio web.
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