Coincidiendo con el Viernes Santo y sin ninguna intención de que fuera así, Andrés me muestra su proyecto a iniciar: “La Ultima Cena”; -pintura en óleo de gran formato-, donde el propio Andrés, Jesús y 14 discípulos más con “caras sacadas de internet” cenan wantan, arroz cantonés, chop suey. “Esta es mi última cena, no sé bien porqué, pero ahí estoy”.
Dispuesto a transgredir, provocar y generar formas distintas de pensamiento en el público; cuando inicia un proyecto nuevo normalmente no tiene claro el resultado a obtener y si tiene algún sentido lo que pretende decir; pero una vez terminado, se da cuenta de su alcance y le da satisfacción ver lo que genera.
Se inicia en la carrera de Arquitectura en la Universidad de Costa Rica, pero muy pronto se da cuenta que no es para él y decide cambiar a Bellas Artes; -carrera que aunque deja inconclusa en el 2016-, le ayudó a identificar su pasión por mostrar imágenes que generan reacciones en los demás, inquietud que mantiene hasta el día de hoy. “No podría verme haciendo otra cosa, lo he pensado pero simplemente no podría; pienso seguir en ésto hasta donde sea que llegue; el peor intento es el que no se hace”.
Sin temor a equivocarse, considera el meme como un recurso valioso de expresión artística. “Es inmediato, es anónimo, es accesible para todo público, llega a muchas personas y persiste en el tiempo; donde la autoridad no importa y donde las personas empatizan, porque somos objetos de consumo constante”.
Figuras como Hitler, Anna Frank, Shrek, El Papa, Charles Manson o Jesús, -por mencionar algunas-; son utilizadas por Andrés para generar reacciones en sus obras que van más allá de la primera impresión. “Me gusta darle cabeza a mis obras, que tengan un transfondo más profundo que esa primera impresión, pero igual de importante”.
En este momento, vive del arte que produce; lo que considera un lujo como tal. Antes de la pandemia incursionaba como músico de percusión en grupos de música tropical tipo salsa y merengue; pero ello lo obligó a incomodarse y buscar nuevas formas de crear. “Así fue como inicié con los retratos de mascotas y durante ese tiempo, logré ganar el Concurso Bancarte en el 2020, con la obra “Something happened” y en el que sus perros “Cheems” y “Dodge” viajan por primera vez fuera del país hacia su nuevo dueño en Hong Kong.
“Se sinitió muy orgánico el proceso, lo disfruté. La temática era: Qué sigue después del Arte Contemporáneo? Y sin teorizar sobre el tema, decidí hablar más bien sobre el fenómeno que se da a través de la imágen, del meme como tal y resultó”.
Inquieto, hiperactivo y travieso con las imágenes que muestra, considera la constancia su mejor arma para seguir. Las redes sociales, el fenómeno de ser visto, de ser aprobado, gustado, de ese bombardeo visual diario y la velocidad con que mutan las cosas, le parece super interesante y su motor a seguir.
Sueña con exponer fuera de Costa Rica. Más puntualmente en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) en Málaga y la Galería Zeno X en Bélgica. También le gustaría hacer una exposición en este 2022 con unas 10 obras de gran formato a partir de 10 memes y exponerlas en forma intinerante en lugares no tradicionales. “Que la obra pueda salir del museo, de las paredes usuales donde se exhibe, para lograr que sean accesibles al público, eso me encantaría”.
Admite que recurre con frecuencia al humor como vía de escape. “Me encanta la comedia, el chiste en sí. En mi época de juventud colegial y universitaria, tuve una etapa muy católica, seria y rígida. Lo que ahora me generó lo contrario. Le perdí el miedo a la risa, a que no me importe reírme, ser sarcástico y hasta mal intencionado. Vivir del arte es muy difícil, entonces hacerlo de forma seria lo hace mucho peor, por eso me río; no sé que va a pasar, lo cuestiono todo el tiempo, entonces mejor lo tomo con humor”.
Este 5 de Mayo próximo, en el Salón Nacional del Museo de Arte Costarricense, presentará su obra “Rojo sobre Rojo”; mural que interviene una pintura emblemática de la cultura costarricense invadida por el consumismo extremo, -que en forma descarada se apropia del patrimonio arquitectónico como tal-.Su idea es mostrar lo que está pasando afuera, en la realidad actual. Sin mucho más detalle, nos invita a visitarla para así obtener su verdadera ganancia; “que su trabajo haga bulla”.
Seguir proponiendo e invirtiendo en educación, fomentar la cultura del coleccionismo, buscar alianzas equitativas entre artistas, -entre otras motivaciones-, considera fundamentales para el futuro del arte local costarricense.
Para seguir su obra más de cerca en Instagram: @murillo_andrés