Columna, María José Callejas

Yellow leaf road: un tour por los temidos caminos de las hojas amarillas

Por María José Callejas
@plantcarecr

¿Por qué las hojas de mis plantas se ponen amarillas? Aquí vamos a recorrer los 10 caminos más frecuentes de las hojas clorótica?

El terror de muchas de las personas amantes de las plantas, es que las hojas se tornen, lenta o aceleradamente de color amarillo, porque luego sigue lo inevitable: se caerán.

No queremos que las hojas de nuestras plantas se caigan, ni se marchiten, ni se desmayen, se rompan o quemen. En cambio, las queremos siempre verdes, siempre con brotes nuevos, siempre reventadas de la delicia, sepamos eso sí,  que ellas tienen sus ciclos, sus momentos de reposo, de cambio, de ajuste, de enfermedad; por eso, conocerlas y entenderlas, es parte del camino.

¿Por qué las hojas de las plantas se ponen amarillas? Como respuesta general no satisfactoria hay que tener claro que las hojas se ponen amarillas por falta de clorofila; a esto se le conoce como CLOROSIS.

Entonces la pregunta tendría que ser ¿Qué puede ocasionar la clorosis en las hojas?

Aquí vamos a recorrer los 10 caminos más frecuentes de las hojas cloróticas, caminando los senderos más sencillos y escalando hasta los más escarpados. Si al final del día te quedan dudas o necesitas ayuda, no dudes en contactar a PlantCare

  1. Vejez: Normal y natural. Las hojas cumplen su ciclo de vida y tienen su derecho a retirarse, habiendo aportado fotosíntesis y nutrientes para el sistema y dando paso a nuevos brotes. Agradecer y soltar. ¿Cómo reconocer que la hoja cumplió su ciclo de vida?  Le sucede a las hojas que están en la base de la planta. Para ver esto, recorré la hoja pasando por el tallo hasta la base y ahí podés determinar si es una hoja vieja, porque está más “hacia afuera” en los tallos. El proceso es lento, se pone amarilla y va tornándose lentamente café; se va secando desde la punta de la hoja hacia el tallo. Una vez que cumple su ciclo, retiramos la hoja de la planta y listo. Suele ocurrir con una hoja a la vez, depende de la especie; hay especies que son caducifolias y se caen por vejez muchas hojas a la vez, en este caso es maravilloso conocer qué especie de planta tenés en casa y saber si es una planta que entra en reposo estacional o que es caducifolia.
  2. Sobre riego: el motivo número uno de muerte de plantas de interior es el riego inadecuado comenzando con la sobredosis de amor. Por favor leé los artículos que se publicaron aquí mismo hace un par de semanas Regar o no regar ¡He ahí el dilema! Drama en dos actos. El exceso de humedad + el sustrato inadecuado + mal drenaje de la maceta es un escenario que implica que  se haga un barrial en la base de la maceta e inicie el proceso de pudrición de raíz y por lo tanto, las hojas se ponen amarillas, pidiendo auxilio. El amarillo del sobre-riego es pálido y le sucede a varias hojas al mismo tiempo, distribuido por todo el follaje, ocurre indiscriminadamente en hojas viejas y en brotes nuevos. La característica es que la hoja se arranca desde el tallo con solo tocarla y a veces los tallos tienen lesiones grisáceas, negruzcas y acuosas, indicando presencia de hongos patógenos y/o bacterias dañinas que ya están pudriendo la raíz. En ese caso hay que tratar pronto. ¡El control de humedad es la clave!. Podría ser que con solo distanciar los riegos sea suficiente, a veces hay que cambiar sustrato y maceta, incluso dejar la planta a raíz desnuda para sanear la pudrición.
  3. Falta de riego: La falta de riego también puede generar que las hojas de las plantas se pongan amarillas. Generalmente es un amarillo más intenso, comienza en la punta de las hojas y estas se van volviendo de color café claro y crujiente, hasta que baja por el tallo dejándolo hueco y hasta quebradizo. La buena noticia es que, si el problema se corrige a tiempo,  el proceso de sequía de la hoja se puede detener, recordá que una planta soporta mejor un poco de sequía que el exceso de agua.

PLANTCARE PRO TIP:

Si tenés una planta que olvidaste regar por más tiempo de la cuenta, te recomiendo hacer un riego por inmersión para volver esponjoso de nuevo el sustrato. Es como un spa para que las raíces recuperen la humedad perdida poco a poco.

  1. Luz inadecuada: Si las hojas comienzan a perder color poco a poco como a palidecer y asegurás que tenés dominado el dilema del riego, pues podrías pensar que, tal vez, tu planta necesita estar en un lugar más luminoso. Esto es relativamente sencillo de corregir si conoces si tu planta es de pleno sol o, más bien, de luz indirecta. Recordá: las plantas ornamentales necesitan de los fotones del sol para hacer su fotosíntesis. No hay algo como plantas que no requieren luz… al menos no las ornamentales.
  2. Presencia de plagas: Algunas plagas como la cochinilla y demás del orden de los hemípteros (con aparato bucal chupador) ocasionan clorosis, succionando la savia de las hojas y tallos. La clorosis se manifiesta como parches, normalmente focalizados en donde está el clúster de la plaga. Muchas veces las plagas se resguardan de la lluvia y la luz en la parte de abajo de la hoja, así que a revisar las hojas como las galletas Chicky: ¡Por arriba y por abajo! La solución a algunas plagas la encontrás en el artículo Operación Cochinilla. La plaga también puede estar a nivel de raíz, como los nemátodos que atacan el sistema radicular limitando la absorción de nutrientes.
  3. Raíces hacinadas: Si la planta tiene muchos años de estar en la misma maceta, podrías sospechar que ya las raíces no caben y está generando asfixia a la planta. En el diagnóstico es fundamental sacar la planta de la maceta y revisar si las raíces están enrolladas y con la forma de la maceta troquelada. Si es así, es hora de hacer un trasplante a una maceta de uno o dos números más grandes,que cuente con excelente drenaje, sustrato fresquito y nutritivo.

PLANTCARE PRO TIP:

Si las raíces están muy compactas y enrolladas,  es necesario desenrollar un poco con la mano para corregir el patrón de crecimiento. Si las raíces están demasiado compactadas se puede hacer un “descule”; este procedimiento consiste en cortar el fondo enrrollado de las raíces; se debe hacer con una herramienta filosa y desinfectada para hacer cortes limpios, al finalizar, podés rociar canela en polvo o un fungicida para prevenir aparición de hongo de las raíces cortadas. Las raíces deben estar firmes y crujientes, nunca aguadas.  Raíces babosas = pudrición de raíz, volver al punto 2.

  1. Falta de nutrientes: Este tema es tan importante que merece un artículo para él solito: abonos y fertilizantes. Si no tenés el hábito de nutrir a tus plantas, este podría ser el problema. Las plantas necesitan alimento para crecer. En su hábitat natural, normalmente está disponible en el suelo fértil, donde conviven con hongos y bacterias benéficas que facilitan a las raíces el acceso a nutrientes, oxígeno y agua. Sin embargo, en la sala de tu casa, en una maceta que tiene la misma tierra hace 5 años, pues la disponibilidad de nutrientes se va agotando. En este caso nos corresponde nutrirlas. La clorosis por falta de macro o micro nutrientes se manifiesta con parchones amarillos, muchas veces se ponen amarillas las hojas pero los nervios centrales de cada hoja se mantienen verdes. En otro artículo podemos profundizar en esto, pero, en general, si ya probaste los puntos anteriores y no das en el calvo, podés probar nutriendo tus plantas con abonos orgánicos como humus o lixiviado de lombriz, que son muy nobles y disminuyen la posibilidad de intoxicación de la planta.
  2. Intoxicación por exceso de fertilizante: ¡Tampoco la violencia! Hay que encontrar un equilibrio como en todo en la vida. Hay plantas más sensibles a los fertilizantes y una sobredosis de fertilizante también puede ocasionar clorosis y hasta la muerte de la planta. En primerísimo lugar, si no tenés seguridad sobre cómo fertilizar o usar el fertilizante, no lo usés, especialmente si es químico. Es mejor usar abonos orgánicos que son mucho más nobles y equilibrados.

PLANTCARE PRO TIP:

Si pensás que se te pudo haber ido la mano con la preparación del fertilizante, podés “lavar” el sustrato haciendo un riego abundante y permitiendo que el agua salga por los agujeros del drenaje, sin que se elimine el exceso. ¡Ves la importancia de una maceta con buen sustrato y buen drenaje! Hacer un lavado de sustrato implica que se distancie el próximo riego, pues se debe permitir que se evapore el exceso de agua para volver a regar o incluso para repetir el procedimiento.

  1. Absorción de nutrientes por PH del suelo: Esto se debe determinar tomando una muestra del sustrato y haciendo mediciones de PH. Suelos muy ácidos o muy alcalinos dependiendo de la especie de la planta pueden provocar que las raíces no absorban de manera correcta los nutrientes y produce que las hojas se pongan cloróticas. Determinar esto en casa puede ser más complejo, por eso, un cambio de sustrato antes las dudas es siempre una buena opción para casi todos los casos.
  2. Presencia de virus: Sí, sí sí, las plantas tampoco se escapan de ser atacadas por virus. Los virus son transmitidos muchas veces por la plaga que rompe el tejido y hay intercambio de fluidos. Pulgones, trips, cochinillas entre otros son portadores de virus. Determinar si una planta tiene un virus es verdaderamente atrevido, se determina a ciencia cierta solamente en un laboratorio. Algunos virus generan en las hojas unas manchas como de “acuarela” amarilla, con ondas que se expanden, pero no siempre y no todos. La probabilidad de supervivencia de la planta que es atacada por un virus es baja porque permea el sistema completo de la planta, así que si ya probamos todo lo anterior, lo mejor es aislar la planta para evitar contagios, por eso queda aquí  de último como el camino más escabroso en este ¡Yellow leaf road! (casi como canción de Elton John)

¡Te entiendo! Es frustrante y alarmante que las hojas de tus plantas comiencen a tornarse amarillas. Y las causas, como ahora lo sabés, pueden ser muchas. La recomendación general es comenzar corrigiendo lo más sencillo e ir observando los resultados, o también podes hacer un S.O.S a PlantCare y con gusto te acompañamos a descifrar y tratar la situación.