Por Ana Elena Castillo
Cuando llega ese día, queda un hueco, una huella TAN profunda y tan llena de aprendizajes…
Los perros te invitan a estar en el momento, ya sea viviendo tristeza, felicidad, alegría, lo que sea. Logran anclarlo a uno al HOY, al YA, al ‘tu cola habla mas que mil palabras’. Con solo estar ahí presentes están diciendo “me siento amado y te puedo amar sin trabas”. Te muestrna la fragilidad de que la vida esta llena de instantes irrepetibles, y quisieras congelar la sensación.
Con ellos uno no se cansa de tener el corazón abierto; es más, no hay por qué no hacerlo; Hasta que llega el dia en que se van, que cierran un capitulo, un ciclo. Queda un hueco, una huella TAN profunda y tan llena de aprendizajes…
Te recuerdan la cantidad de amor que podemos llegar a sentir si no metiéramos la cabeza en medio, porque con un perro no es opcional; es más, la cabeza no esta invitada, todo es puro corazón. De eso se trata una relación con los perros.
A puro corazón los despedimos con un GRAN dolor y un GRAN recordatorio de todo lo que la vida puede llegar a regalarnos a través de un ser que llena no solo tu casa, si no que tu vida y cada uno de los momentos en que están presentes.
