Editorial

GOOD FEED #109: Por y para las amistades

Porque gracias a ellas se define una parte de quiénes somos, es por eso que les dedicamos esta edición. 

Hay una frase un poco trillada que nos recuerda que nuestras amistades más cercanas son la familia que elegimos. Trillada, pero cierta, pues en los vínculos de la amistad no hay ataduras de carácter genealógico que existen al nacer. En cambio, son hilos que se construyen desde cero, que se van tejiendo entre anécdotas en común, que se fortalecen conforme se desarrollan conversaciones más profundas y se terminan por solidificar con las confidencias y el entendimiento mutuo.

Dichosas aquellas amistades cuya permanencia es inagotable. Las que sobrepasan los años, las numerosas crisis existenciales, la llegada de nuevos miembros a la familia o hasta los traslados intercontinentales de larga duración.

Cada amistad tiene su razón de ser, desde aquella en que la capacidad de hablar por horas de horas es mágica, hasta la que ninguna de las personas involucradas se entiende cómo se mantiene viva, pero se sabe que es real.

Las amistades que cultivamos nos dejan uno de los frutos más valiosos que podemos tener en nuestra vida. Como sabemos que a veces pasamos eso por alto, hoy queríamos honrar su existencia. Lo hacemos en acto de reconocimiento pero, principalmente, de agradecimiento, porque las amistades nos unen y, gracias a ellas, se define una parte de quienes somos como seres humanos.

En esta edición:

Iván, elogio a la amistad | Por Ana Beatriz Fernández González

El ride de la amistad | Por Ramón Pendones de Pedro

Un lazo de amistad | Por Jean María Montero Castro

A tu salud…con un buen whiskey | Por Ana Iris Páez

Muñecona | Por Diego Van der Laat